Capítulo 23

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POV Felix

Escuchando el constante goteo de agua, lentamente abrí los ojos e inmediatamente me enfrenté con un techo de azulejos blancos. Desorientado, respiré profundamente y llené mis pulmones con aire soltando un pequeño gemido de dolor. Mi cuerpo entero se sentía endurecido y mi espalda picaba a carne viva así que suavemente di vuelta hacia mi lado derecho y al instante me detuve.

Allí, delante de mí, había un espejo en la pared reflejando a un chico en una cama. Uno que se encontraba cubierto de vendas, con el cabello rubio corto y un gran vendaje blanco en la parte baja de su mejilla. Unos ojos amplios y sorprendidos me miraban de regreso y, por un momento, me olvidé cómo respirar.

¿Ese era yo?

Soy yo...

Infinidad de recuerdos pasaron en primer plano por mi conciencia: el cuchillo, el aturdimiento, los cortes, la extinción de la maldición del diablo... la libertad de mi perfección.

Inhalando una cuidadosa respiración, inmediatamente fruncí el ceño. No había ningún nudo en mi estómago al momento que me di cuenta de lo que había hecho. No había ningún demonio en mi mente, torturándome, diciéndome que era un pecador, que estaba atado al infierno. Todo lo que sentía era calma, una divina paz que nunca antes había experimentado.

Ya no era seductor. Ese chico que me estaba mirando era... menos. Menos perfecto, menos pecaminoso. Sería menos inexistente para los ojos de los hombres. Para mí, ese chico era mi tipo de perfección. Mientras miraba a ese chico, me di cuenta de que había verdadera belleza en la fealdad. En la imperfección...

Traté de sonreír, sonreír con auténtico alivio, pero la parte herida de mi rostro no se levantó, la cicatriz no me dolía, pero sentía en mi piel un cosquilleo extraño y desconocido.

Levanté la mano para poder sentir mi nuevo rostro y atrapando el relieve de mi piel, más recuerdos vinieron a mi mente: la pistola que había sostenido apretando el gatillo, Jeongin corriendo hacia delante, Bangchan empujándolo y sacándolo fuera del peligro... Y Hyunjin, Señor, Hyunjin atrapándome en sus brazos con sus ojos torturados y asustados.

Mejillas dulces... ¿qué demonios has hecho?

Había levantado mis dedos para recorrer el perfecto rostro de Hyunjin. Su cabeza se acercó y su impresionante belleza casi me dejó sin aliento.

Era un buen hombre, merecedor de un amor verdadero. Sonreí por la libertad que ahora tendría.

No más tentación. Eres libre de la tentación Hyunjin... estás a salvo de... mi maldad

Había cortado mi mejilla con la chuchilla, perdiendo mi malvado y perfecto atractivo. Estaba aliviado... Pero entonces el dolor llegó, porque sabía que lo había perdido. El hechizo de Hyunjin ya no existía, su atracción por mí se rompería. Había perdido a mi amor, pero, aunque dolía, sabía que era lo correcto por hacer. Sentí los aguijones de los cortes en mi cuerpo y el agotamiento en mis movimientos; pero al menos sentía que el peso del mundo había sido quitado de mis hombros.

Ya no era perfecto. Había luchado contra la maldad dentro de mí y había vencido. Ya no tentaría a los hombres. Finalmente podría alcanzar la salvación. De repente, un suspiro sonó a mi lado y me quedé paralizado. En el reflejo no vi a nadie más en la habitación, pero cuándo otro ruido sordo llenó el silencio, sabía que no estaba solo.

Girando mi pesado cuerpo y mi cabeza a mi izquierda, el olor a tabaco y aceite de motor inmediatamente cayó sobre mí, y mi corazón empezó a latir descontrolado cuando vi una mata de cabello rubio brillante descansar en la almohada a mi lado.

El Hades de Hwang Hyunjin (HyunLix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora