Cap. 16.- Sacrificio

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La ciudad estaba desierta y las calles estaban cubiertas con una ligera niebla. No era venenosa ni demasiado densa, simplemente estaba allí para dar testimonio del rey demonio que la había reclamado como su territorio. El silencio del lugar era sobrecogedor, poniendo los pelos de punta al grupo de cultivadores que avanzaba con cautela por las calles. 

— No parece haber alguna pista de él— dijo Lan JingYi. 
— Nadie es tan estúpido como para aparecer a la primera— dijo Jin Ling rodando los ojos. 

Lan Feng sonrió levemente al recordar a cierto dios marcial que hacía lo mismo y eso le llevó a pensar en lo que haría la corte celestial en este momento. 

— Esos inútiles saben que yo me encargo de todo lo que tenga que ver con Gege. 

Solo entonces se dio cuenta de que lo había dicho en voz alta y Hua Cheng le había respondido diligentemente, con lengua afilada, como era su costumbre. Se dio de topes mentalmente por hablar de más y meterse dónde no lo llaman, se mordió la lengua para no decir nada más y siguió su camino tan tranquilamente como el ambiente se lo permitía. El grupo avanzó, con Lan WangJi y Wei WuXian liderando el camino, mirando a ambos lados con el objetivo de discernir donde establecer las posiciones para el acorde de cinco.

— Lan Zhan. ¿Crees que sea buena idea establecer las posiciones en lo alto?— preguntó Wei WuXian.
— No. Seremos más vulnerables arriba— dijo Lan WangJi—. Pero necesitamos espacio.
— Creo recordar que había una plaza pública. Solo hay que averiguar en dónde…

El grupo siguió avanzando. Con cada paso que daban la sensación de ser observados se hacía más presente y Lan Feng miró a todos lados, con el escalofrío a flor de piel, temiendo que algo lo acechara…

Justo como en aquella ocasión en el mar del Sur. 

¿Por qué se puso a pensar en eso?

— Lan Feng.

El discípulo dio un respingo al notar como el líder Lan tocaba su mejilla con un gesto de confusión, como si estuviera limpiando algo.

— ¿Por qué estás llorando?— preguntó Lan XiChen.

¿En qué momento empecé a llorar?

Lan Feng abrió la boca para decir algo pero de repente se escuchó el sonido de algo arrastrándose por el suelo, después se escuchó un grito gutural y un cadáver feroz apareció saltando sobre el discípulo. Una mala idea: Shuoyue fue desenvainada y el cadáver fue destruido.

— Por lo menos encontramos la plaza— dijo Wei WuXian.

El grupo se dirigió hacia allá encontrándose con un grupo de cadáveres feroces y espectros de todo tipo. Xue Yang estaba en el medio de todo esto con una expresión de victoria y Jin GuangYao estaba a su lado; una existencia discreta oculta detrás de un aura malvada. Lan XiChen tragó saliva al verlo, mortificado, mientras el resto tomaba posiciones.

Por su parte, Lan Feng estaba preocupado. Los únicos capaces de vencer a un rey demonio eran un dios y otro rey demonio, pero la lucha entre dos Supremos, una lucha donde ninguno contuviera su poder, sería altamente destructiva y una pelea entre las cuatro calamidades conocidas por el cielo sin duda tendría consecuencias catastróficas. 

Ciudad Yi podría quedar destruida.

Por no hablar del grupo de humanos entre los cuales se encontraba él. Si ninguno de ellos moría como daño colateral sería sin duda un milagro que agradecer a los cielos. 

— ¿Vienen por una segunda ronda?— preguntó Xue Yang con una expresión de fingida inocencia—. Bueno, está vez me aseguraré de que nadie salga con vida.

Viento discípulo (1/4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora