Cap. 2.- Acuerdo con el rey demonio

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El salón en el que estaban se usaba para las clases impartidas a los discípulos. Era lo suficientemente privado y alejado de todo para poder hablar tranquilamente.

— Hermano— llamó Lan WangJi.

No dijo nada más, pero no fue necesario: Lan XiChen comprendió con solo mirar su rostro inexpresivo y puso una mano en su hombro con una sonrisa.

— No es necesario llamar al tío, WangJi— dijo—. Creo que es mejor si manejamos esto nosotros.

Y allí estaban. Mientras SiZhui y JingYi ordenaban todo fuera después del asedio, Lan Feng había sido arrastrado dentro junto con los hermanos de jade, Wei WuXian… y él.

Lluvia Sangrienta que busca una flor.

Todo aquello era surrealista para él, tanto que sentía ganas de reír y llorar al mismo tiempo. Justo cuando creyó que se había alejado realmente de todo, el destino vino a golpearlo en la cara con un guante carmesí. Quería salir corriendo lo más lejos posible, pero si estaba allí era porque Lan XiChen confiaba en él lo suficiente como para pedirle estar ahí y no podía despreciar esa confianza.

Además, estaba prohibido correr en Receso de las Nubes.

Wei WuXian fue el primero en tomar la palabra. Se acercó a Hua Cheng con una sonrisa y preguntó extendiendo los brazos:

— ¿Cómo puedo ayudarte?
— Quiero encontrar a un rey demonio— respondió Hua Cheng—. Tengo la sospecha de que en su vida anterior fue un cultivador, pero no es uno con el que me haya topado antes.
— Creí que el monte TongLu había sido clausurado— dijo Lan Feng antes de darse cuenta que había abierto la boca.
— El monte TongLu no crea Supremos, sólo aceleraba el proceso. Si un alma está dispuesta a ser un Supremo, lo será con o sin el monte— dijo Hua Cheng antes de volver su atención a Wei WuXian—. Es probable que haya vivido en esta zona.
— ¿Y no tienes ni un nombre?— preguntó Wei WuXian.
— Si lo tuviera no estaría aquí— replicó el rey demonio con acritud—. Lo llaman Niebla Densa que corta las voces.

Un semblante de preocupación cruzó los rostros de los cultivadores, lo que provocó una sonrisa por parte del Supremo, que insistió:

— ¿No hubo una niebla extraña atacando esta secta? ¿No fue una niebla extraña la que ocasionó la aniquilación de un clan?
— La caída de Lanling Jin— susurró Lan Feng.

Un gesto pétreo cruzó la cara de Wei WuXian y Lan WangJi lo rodeó con sus brazos. Lan Feng sintió lástima por él y rememoró lo sucedido, como las personas celebraban la caída del diabólico clan Jin teniendo un solo sobreviviente a tal ataque.

Había sucedido unos días atrás. Al igual que ocurrió en Receso de las Nubes, una niebla anormal rodeó la torre Koi, rompió sus sellos protectores y asesinó a todos los miembros del clan, ni siquiera los sirvientes se salvaron. El único sobreviviente fue el joven líder de la malograda secta, Jin Ling, que pudo escaparse por los pelos al lograr llegar a un lago; había terminado malherido y se recuperaba en el hogar de la secta de su madre. No debía estar pasándola nada bien: trabajó durante años intentando levantar Lanling Jin luego de lo sucedido con su predecesor y ahora ya no le quedaba nada. No había forma alguna de restablecer su secta después de esto.

— Es posible que este rey demonio tenga algo contra la secta Lanling Jin— teorizó Wei WuXian después de unos minutos—. Si ese es el caso sería una larga lista…
— Wei Ying— dijo Lan WangJi a manera de advertencia mirando a su hermano.

Un atisbo de profunda tristeza cruzó el semblante de Lan XiChen, y para desviar el tema de conversación Wei WuXian preguntó:

— ¿Puedo saber cuál es tu interés en encontrarlo?
— Mi esposo desapareció por causa suya— respondió Hua Cheng sin ambajes.

Lan Feng dio un respingo y esta vez no le importó que todos los presentes voltearan a verlo.

— ¿Su Alteza Real ha desaparecido?— preguntó, consternado.

Su Alteza Real no era otro más que Xié Lian, príncipe heredero del desaparecido reino de Xian Le y actual emperador de la nueva corte celestial. Si realmente había desaparecido la corte debía estar de cabeza… aunque claramente eso le importaba poco a un rey demonio como Lluvia Sangrienta, conocido por enviar al olvido a 33 oficiales celestiales.

— ¿Cómo fue?

La pregunta vino de Lan WangJi. Hua Cheng lo observó fijamente antes de responder:

— Curiosamente, se dirigía a un sitio llamado montaña Dafan. Había allí un templo a una diosa danzante que fue restaurado y reconvertido en un santuario de adoración a Su Alteza. Íbamos hacia allá cuando la niebla nos rodeó y…

No pudo continuar. Tampoco era necesario.

— Debió ser una trampa.

Hua Cheng dejó de prestar atención a Lan WangJi para centrarse en Wei WuXian.

— Te ofrezco un acuerdo— dijo—. Ven conmigo y tu deuda quedará saldada.

El agarre de Lan WangJi se afianzó sobre Wei WuXian y este sonrió soltando una risa nerviosa. Tomando las manos de su esposo dijo:

— Iré contigo; pero debes saber que, a dónde voy, mi esposo me acompaña.
— No me importa, es por él que tienes esta deuda— replicó Hua Cheng saliendo del salón.

Lan Feng frunció el ceño sin entender nada. ¿Lan WangJi y Wei WuXian le debían algo a Lluvia Sangrienta? ¿Cómo era posible?

— Supongo que tenemos un acuerdo— dijo Wei WuXian soltándose del agarre de su pareja y salió tras el rey demonio—. ¡Oye, Hua Cheng! Acepto tu trato, vamos a…

Wei WuXian calló, y tras el abrupto silencio los tres Lan corrieron a ver lo que sucedía.

Viento discípulo (1/4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora