Guerra de Orgullo

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—¡Excelente hijo!, te felicito, dejaste a tu madre en una de las peores posiciones posibles, la dejaste como una loca y una mala madre.

El vástago le escuchaba serenamente, estaba tan acostumbrado a estos discursos que ya no le afectaban... Aún que  él tenía que fingir que si.

—¡Claramente te quedas callado!, se supone que te deje en un lugar a salvo lejos de todo este embrollo, ¿Para que?, para que el niño se escapara y llegara a pleno campo de batalla.
¿Sabes que hubiera hecho si algo te pasaba?

Bramo para sentarse y llorar, su hijo le vio pero casi no le dio mucha importancia, conocía a su madre, sabía que estrategias de chantaje ocupaba.
Sin embargo esto no le impidió disculparse con ella.

—Perdoname por favor, nunca quise preocuparte

—¿Es lo único que dirás?, ni siquiera un "mamá lo lamento, me escape por esto"

—Madre, no tengo excusa, me escape porque quería hacerlo, la vida encerrado en casa es sumamente aburrida para mi.

La francesa fuera de sus cabales tomó una taza arrojando esta misma hacia la pared, para la desfortuna del descendiente del baguette esta acción terminó por lastimarle la mano.

—¡Madre!

Exclamó algo impactado por ver que su madre no se sorprendió al ver a su hijo herido.
Esta mencionó con una voz implacable.

—¡Ojalá que esa taza hubiera traído algo caliente para que también te hubieras quemado la puta mano!

—¡¿Mamá que dices?! ¡¿No vez que estoy sangrando?!

—Si a ti te importa un carajo tu salud, ahora imagínate a mi, te has vuelto igual de cínico que ese imbécil de Thriteen. Además de que ignoras mis esfuerzos por mantenerte a salvo.

El colono le veía con algo de temor, era la primera vez que veía a su madre de esa forma, él intentaba detener su sangrado mientras su madre siguió sin aflicción.

—No viaje hasta aquí para nada, esos dos idiotas plantean la posibilidad de otro punto a su favor, pero eso no sucederá, gracias a Dios tenemos un verdadero punto a favor.

Mi nueva apuesta es Nueva España, así que escúchame hijo mío, esto es lo que haremos...

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La mestiza era cuestionada a muerte por sus hermanos, sin embargo esta no contestaba nada al respecto.

—¿Te dejaron elegir?

—¿Por qué Trece Colonias?

—¿España perdió la cabeza acaso?

La rubia que no hacía preguntas, tomó la iniciativa para correr a los otros dos hermanos, sin dejar esperar mucho quejas de ambos se hicieron presentes. Sin embargo la crespa hizo caso omiso a esto echando finalmente a ambos y cerrando la habitación quedando a solas con la castaña.

Una bulla atrás de la puerta era lo que se escuchaba comenzando así una conversación bastante corta de la parte de ambos hermanos marginados.

—¡Eres un asco Granada!

Dijo para comenzar a marcharse de la zona, Perú clamó con duda

—¿Las dejaremos ganar tan fácil? ¿A donde vas?