—Que estupidez, ¿Cuánto llevamos esperando a ese idiota?—Hora y media madre, hora y media...
Contestó el hijo del baguette, la contraria seguía musitando palabras en forma de queja.
—Ni siquiera encontré mis cartas, ¿Cres que las haya roto?
El pelirrojo solo movió la cabeza negando sin apartar el mirar de la ventana, su progenitora siguió con los delirios
—Reconozco que rompiera las mías, tal vez he sido muy insistente, pero... ¿Las de Austria o Rusia? Dudo que él las haya roto, a lo mejor un escondite en algún lugar... ¿Qué tal si ese bastardo las encontro? Agh...
Solto un aliento de cansancio pensando en el enjendro que había arruinado su vida, al menos ella lo persibia así. Llegó a opinar una idea que tal vez no era la más grata
—Si matara a ese hombre espurio... ¿Cómo reaccionaria tu padre? ¿Habrá otra estrategia para librarme de él? Tal vez he sido una mujer cruel con él, ¿Debería perdonarle?... ¿Qué opinas cariño? ¿Cariño? ¿Acadia?
Dijo mientras volteaba de forma burda a la dirección de su vástago buscando respuesta del individuo que aparentaba no prestar atención alguna.
—¡Acadia! Te he enseñado que ignorar a tu madre-. Regaño antes de ser interrumpida por su heredero
—Ven a ver esto
Objeto el menor de forma clara, ella molesta accedió, al acercarse pudo apreciar por aquella ventana a lo lejos la pelea del inglés con su vástago. Ambos pudieron ver como el sangre de té golpeó al colono, después de un sonido empatizante con el dolor de su hermano mayor parecido a un siseo Acadia comento con denotes de hermandad.
—Eso debió doler, definitivamente dejara una marca para la cena, pobre de mi hermano...
—¿Marca?
Mencionó Francia, derrepente una nueva idea llegó a su mente, sin cruzar palabra abofeteo a su hijo casi tirándole en el acto. Este clamó con molestia y una especie de asombro a su tutora.
—¿¡Qué te pasa madre, has perdido la cabeza!?
—¡Querido eres brillante! Escucha lo que haremos...
.
.
.Eran casí las ocho y media de la noche, Nueva España con más de una cosa en la cabeza se encargaba de supervisar que todo saliera medianamente bien para la cena, sin más Río de la Plata llegó con su sonrisa sarcástica que le caracterizaba sacando a la menor de sus pensamientos.
—Españita Junior ~
—Plata no es momento, estoy ocupada.
Respondió la contraria intentando acabar con la interacción, el mayor solo retrocedió digno, con una voz poco seria y de igual forma dramática clamó fingiendo estar ofendido.
—¡Que mala eres conmigo!
Nueva España arqueo una ceja sin musitar palabra alguna, Plata volvió a hablar cambiando su tono a algo más pícaro buscando el interés de su semejante.
—Entonces asumo que no quieres esto.
Dijo al momento de mostrar una carta en sus manos, Nueva España respondió sin mucho cuidado.
—¿Una carta? Entregala a Granada, estoy ocupada para eso ahora.
Aunque aprovechando tu visita, ¿Has visto al joven Trece Colonias de casualidad?
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Guerra de Orgullo
RomanceTras una estrategia exitosa del inglés el español concuerda con el un compromiso entre las colonias de ambos. El británico buscara beneficiarse de este compromiso a futuro, sin embargo su mujer Francia hará lo posible para anular el matrimonio entre...