CHAPTER TWO
Saqué las llaves de mi mochila y abrí la puerta. Allí estaba mi madre preparando la comida en la cocina, dejé la mochila y me puse las zapatillas. Y finalmente entre a la cocina.
-¿Qué tal el último día de clase?- me dijo sonriendo.
-Genial, mamá.- dije devolviéndole la sonrisa.
Antes de que pudiera hablar la interrumpí y al ver que estaba de buen humor, no como de costumbre, le dije:
-Mamá, escucha -dije, tomando aire, preparada para todo lo que iba a soltar y lo que vendría después-. Hoy Haley hace una fiesta de pijamas en su casa con Jenn, July, Gelia y Mia, y aprovechando esto, Jenn me ha invitado a su casa en Huntington Beach durante todo el mes de julio, ¿podría ir?- dije un tanto preocupada por lo que me pudiera decir.
-No- dijo rotundamente.
-Mamá, por favor…-dije, con tono suplicante.
-¿No has oído que no? Además, hoy teníamos la cena con tu tía, ¿recuerdas? ¿Y todo el mes de julio en otra casa? ¿Estás loca? Ni de broma, a saber qué hacéis. –dijo más furiosa de lo normal.
-Joder mamá, siempre con lo mismo. Nunca me dejas hacer nada. No me acordaba de la cena con la tía, pero eso se puede aplazar, siempre estamos con ella. Y es Jenn mamá, la conozco de toda la vida, no vamos a hacer nada del otro mundo. Tengo 17 años, creo que ya se valerme por mí misma.
-Como si tienes 20. Me niego, es antes la familia que tus amigas, y no repliques más, no vas a ir y punto.-dijo yéndose al salón.
-Está bien, como quieras, paso de seguir discutiendo contigo, porque es imposible convencerte para dejarme hacer nada, algunas veces, por no decir siempre, te pasas de sobreprotectora. Mamá, he sacado muy buenas notas, y no hago nada comparado con otras personas que fuman, beben y se drogan. Olvídame, mamá. –dije indignada y enfadada.
Segundos después llame a Haley y le dije que no iba a ir a la fiesta de pijamas.
Después me fui a mi cuarto con unas ganas de llorar impresionantes, mi verano perfecto se acababa de ir por el retrete.
No bajé a comer, y estuve toda la tarde llorando y leyendo. Me levanté de la cama, decidida a lo que iba a hacer, ya que no dejaría que mi verano perfecto, el mismo que había rozado con la punta de los dedos, se me esfumara de las manos. Definitivamente, esto no quedaría así. No. Me dirigí a mi armario y cogí algo de ropa, lo primero que pillé, algunas camisetas, zapatos y pantalones. Lo metí todo en una bolsa y la dejé debajo de la cama.
Esperé a la hora de cenar. Por suerte para mí, mi madre se fue a la casa de mi tía a la supuesta cena, sin ni siquiera preguntarme si iba a ir, tal vez porque ya se esperaba la respuesta.
Subí a mi cuarto y me esperé a la hora que habíamos quedado mis amigas y yo para la fiesta de pijamas.
Saqué la mochila de debajo de mi cama, y metí una chaqueta con capucha porque vi que el tiempo estaba algo raro, cogí mis llaves, abrí la puerta, y, sin pensármelo dos veces, me fui.
Efectivamente de camino a casa de Haley empezó a llover, saqué mi chaqueta y me la puse. Aún así, acabé empapada.
Por fin llegué a casa de Haley, súper empapada y con el pelo mojado, toqué al timbre y me abrió una sorprendida Haley.
-¿Electra? ¿Qué haces aquí? ¿No habías dicho que no venías?-dijo un tanto sorprendida.
-Ya, he discutido con mi madre y me he ido de casa.- dije con un suspiro.