9| Misión número ocho:
Vayamos de paseoHabía pasado una semana desde que conocí a Leo Morales, un hombre con muchas experiencias locas por sus tiempo en la guerra, pero tenía un corazón muy bondadoso. Era un hombre al cual admirar.
Hablaba con él de vez en cuando y lo llamaba para comentar cualquier cosa. Algo en mi decía que debía acercarme más a él, e indagar sobre quién era en mi vida.
Debía admitir que tenía miedo de saberlo pero decidí en algún momento tener esa charla con mi padre o mi tía.
Me encontraba con Adele viendo el techo de nuevo, estábamos mirando unas luciérnagas que aparecieron por el juego, y bueno, Adele estaba maravillada con lo que veía. Era como una niña pequeña que quería explorar todo.
Hacíamos misiones pero ninguna era de su agrado, siempre quería más acción, y pues yo no estaba de humor para ello. Porque o sea, no estaba preparado para una pelea, ni una huída, ni para que me arrestaran, ni mucho menos para volver a salir herido. Ya tenía demasiadas heridas y lo peor que todas ellas eran por mi mala suerte.
—Estas salado —me había dicho Marcus después de contarle lo sucedido en el cementerio.
Estaba ahí por la razón de que las chicas habían despertado y necesitamos contarles lo que sucedió. Laila abrazo fuertemente a Merida, y está comenzó a llorar de una forma inconsolable. No sabía que hacer ni que decir y Marcus estaba igual que yo.
Aquella tarde Laila solo sonrió y nos abrazo a mi y a Marcus agradeciendo que hubiéramos ido por ellas y salvado de ese horrible suceso.
Merida en cambio prometió no volver a tomar en un bar y si lo hacía sería uno de confianza, y viendo cómo sacaban las bebidas directamente de la caja sellada. Sus palabras no las mías.
—Tengo una misión para ti —canturreo Adele de repente sacándome de mis pensamientos.
—A ver, dime —dije cerrando los ojos. Estaba mareado de las luces brillantes de las luciérnagas falsas.
—Vayamos de paseo. Hagamos un picnic solo para despejar la mente —dice y lo pienso unos segundos antes de asentir.
—Claro, deja le aviso a los chicos —digo levantándome de la cama pero siento su mano en mi espalda.
—No quería que fueran ellos, solo nosostros ¿Se puede? —pregunta, y frunzo el ceño pero acepto encogiéndome de hombros.
Ella solo me sonrió con la boca cerrada y se dirigió a mi armario. Siempre hacia eso cuando se iba a cambiar de ropa ¿Acaso se quitaba la ropa que cargaba puesta? No tengo idea, pero tampoco lo iba averiguar.
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Aventure Adele
Science Fiction¿Conoces el juego de Aventure Adele? ¿No? Pues te lo presento. Es un juego de realidad virtual, en el cual haces misiones para ir ganando puntos, como todo juego ¿No? Pues este juego tiene otro propósito, y otra forma de jugar. Tendrás lentes espe...