3|𝙼𝚒𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝙽° 2

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3| Misión número dos: Una visita al hospital

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3| Misión número dos:
Una visita al hospital.

Veamos ¿Ustedes saben la persecución de hace rato? ¿La de dónde huímos de maleantes? ¿Dónde Adele hizo un no sé que he hizo estallar todo? ¿Y que me golpeó algo en la pierna? Pues ya se que era eso, y porque me dolió tanto.

—Eso se ve feo —murmura Adele viendo el pedazo de metal incrustado en mi pierna.

—Se ve y se siente feo —gruño tratando de no ver la herida, no me gustaba la sangre.

—Debemos ir al hospital —dice ella y se acerca al metal, pero a diferencia de cuando me toca a mi, no sentí la presión en la herida o el metal, eso era bueno, porque estaría gritando en estos momentos.

—Yo también lo creo, pero no puedo manejar —suspiro y tomo mi teléfono para llamar a Marcus, cuando lo tomo suelto una maldición al verlo apagado—, debe ser una broma.

—¿Qué sucede? —pregunta Adele levantándose frente a mi, su pelo plateado se mueve con el poco viento que hay en el lugar, era asombroso como se adaptaba a todo.

—Mi teléfono, valió madres —bufo y lo guardo.

—Tranquilo, ya avisé a Marcus, a Laila y a usuario tres —me informa sentándose en la moto.

—¿Cómo? No te has ido de aquí.

—Estoy cargada en sus lentes, Ethan, puedo estar en todos lados si los lentes están ahí, no es complicado.

—Cierto... Y es Merida.

—¿Merida? ¿De qué hablas? ¿Hablamos de un estado? ¿Una película Disney? Si fuera así sería valiente, no Merida —pregunta con el ceño fruncido.

—Merida es el usuario tres, Adele —le informo y su cara se alumbra con entendimiento.

—Okey, okey ya capte —asiente y suspira—, están cerca ¿Cuánto duele?

—Si no lo recuerdo ni lo siento, pero ahora que si lo hice, y me duele hasta el alma.

—Uy, efe por ti —dice con los labios fruncidos.

—Recuerdame, ¿Cómo terminamos así?

—A ver te dije la misión y tú... Bueno yo te dije un debate, pero tú los golpea...

—¡Ya se porque estamos así! —grito ganando miradas extrañas. Dios bendiga la persona que creo los cascos—, solo quiero saber cómo demonios termine haciéndole caso a un juego.

—¿Por bobo? ¿Por mandilón? ¿Por idiota? —pregunta ella y antes de que se me ocurra preguntar aparecen mis amigos sin sus Adeles, ni los lentes. Amén no estoy de humor para soportar a otras más como ella.

—Adele nos contó —ice Laila bajando de la camioneta y me ayuda a caminar a la parte de atrás, mientras que Merida y Marcus montan mi moto, para que no se quede ahí abandonada.

Aventure AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora