11|𝙼𝚒𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝙽°10

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11|Misión número diez

Salva una vida

•|Adele|•

Era en cierta manera divertido pasar tiempo con los chicos, y ver su mala suerte, me hacía preguntarme todo el tiempo si con mis futuros usuarios sería igual de emocionante las misiones, por más pequeñas que fueran.

Me entretenía escuchando a Laila y a Marcus discutir, y así mismo escuchar a Merida echándole leña al fuego para que se volviera una discusión más grande.

Pero lo que más me entretenía era pasar tiempo con Ethan. De los cuatro usuarios que fui asignada para esta sesión de prueba, el que más aprecie y me gustó haber jugado era Ethan.

Se estaba cumpliendo el plazo de los dos meses de prueba que le había impuesto su padre a ellos, mentiría si les digo que no me encontraba nostálgica por esa razón.

Comencé a cantar en pequeños susurros El cielo nunca cambiará de Melendi, causando que una pequeña opresión se formará en mi pecho, cerré los ojos y seguí cantando porque  había algo en esa canción que me hacía sentir nostalgica.

—... Y si alguien quiere hacerte ver
Que hay que es inapropiado en ti
Recuerda tu rompecabezas no le sobran piezas para ser feliz
... —susurra Ethan a mi lado y toma mi mano. Y aunque no respirará, tome una gran bocanada de aire.

—El cielo nunca cambiará
Para que tú lo puedas ver
Él te estará esperando siempre
Para cuando tú quieras volar en él...
Y aunque pienses que está lleno nubes
Te prometo que no están ahí cuando subes
Solo tienes que volar sin miedo a como aterrizar...
El cielo nunca cambiará... —cantamos en voz baja y siento que varias veces mi voz flaquea ¿Cómo podía, yo, un holograma, sentir tan fuerte?  Era complicado para mí a veces porque causaba estragos en mi sistema, pero no podía evitar sentir.

Y ahora sentía que en cualquier momento podría explotar, si eso fuera posible.

—Oigan par de tortolos —dice Merida de repente despertándome de mi trance—, vamos al centro comercial, necesito comprar unas cosas, y de una desayunamos algo sabroso y dulce.

—Vamos para la panadería mientras ellas van a la farmacia —dice Marcus estacionando la camioneta frente al centro comercial.

—De acuerdo... —dice Ethan, y se inclina hacia mi y sonríe—, eres perfecta —susurra y evito en todo lo que puedo sonreír, ya que estaba apunto de gritar.

Maldita sea, ¿Por qué me tuviste que crear con sentimientos, doctor?

👓×🎮×👓

Aquí estábamos, yo al lado de Ethan viéndolo a él y a Marcus devorar una montaña de waffles, y pienso ¿Todos los hombres serán así? Porque apenas sirvieron los waffles se dieron una mirada muy extraña, y comenzaron a devorar los waffles sin decir nada.

Miro incómoda como la gente los mira, y trato con toda la fuerza de mi ser no decirles nada, porque aunque no sea a mi la que estén mirando –tampoco es como si puedan verme–, me da pena por los chicos.

Esto amigos míos, es a lo que le llaman, pena ajena.

—Dios, que asco ¿No tienen modales? —gruñe Laila apareciendo de la nada, y Merida con ella. Las dos cargaban bolsas de chocolates y varios globos de colores en forma de corazón.

Aventure AdeleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora