27; ¿quejas de felicidad?

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La luz de la lampara iluminaba la lectura de la adolescente que próximamente cumpliría los quince años, veía los relatos de la autora sobre lo que pasaba entre una mujer y un hombre estando enamorados cosa que para ella desconocida pues nunca hablaron de eso con ella.

Michonne le había traído algunos libros que se encontró en una casa abandonada y más aparte ya había algunos en la prisión, Daryl se negaba a que la chica leyera ese tipo de historias y debido a ello solo leía en la noche, aunque parecía extraño se había convertido en un nuevo hobit que desarrollo.

─duerme─ susurro Carl entre sueños jalando la sabana de la castaña─ o ve a leer arriba─ la castaña leyó el últimos párrafo de la lectura y la guardo debajo de la cama 

─dulces sueños─ beso la mejilla de su mejor amigo acomodándose para dormir acurrucándose en la curva de su cuello

Al día siguiente era la misma rutina los mayores salían por provisiones y los demás se quedaban a mantener a salvo la prisión, Maddie no era fan de estar ahí pero veía el lado positivo y utilizaba las cosas que le daba la morena y pintaba en las paredes o adornaba la sala común.

─usa más azul─ regaño la castaña imaginando el cielo dibujando cada nueve como su mente lo decía 

─eres una gruñona─ se quejo Carl pintando el espacio vacío de la pared con el azul cielo que consiguieron una vez que salieron Glenn y Maggie 

─solo quiero que quede bien─ pintó el rojo del arcoíris─ Judith lo apreciará cuando sea grande ─ la ilusión de la castaña deprimía al ojiazul 

─¿y si no llegamos para verlo? o que tal si ella no llega para saberlo apreciar ─ el trabajo de la ojiazul era difícil ya que mantener la actitud positiva de Carl era casi imposible a veces 

─lo averiguaremos ─ remarco la línea negra que separaba los tres colores del arcoíris ─juntos ─ la castaña no recordaba la ultima vez que había tenido un silencio incomodo con el hijo del sheriff 

─¡Carl!─ llamó Patrick desde la puerta con dos brochas lavadas─ dejaste tu pincel manchado hasta la punta─ se quejó colocándose en medio de los dos ─ luce hermoso igual que tu─ Maddie tiño sus mejillas rosadas aun no se acostumbraba a los halagos del chico con lentes 

─gracias─ paso un mechón de pelo detrás de su oreja ─ iré a enjuagar mis brochas ─ agarro el puñado pinceles y se los llevo tratando de no mancharse ─ahora vuelvo─ camino rápido rumbo a las duchas en donde alcanzo a oír unos extraños ruidos provenientes de ahí, asustada corrió de vuelta en busca de ayuda ─Beth─ su respiración cansada angustió a la rubia─ hay algo raro en las duchas─ apoyo su peso en las rodillas 

─iré a ver, quédate aquí─ la rubia saco una navaja de su pantalón y fue a averiguar los extraños ruidos en la regaderas mientras que Maddie preocupada aviso también a Tyreese que no tardo en ir a ayudar a Beth

─tranquilo, era Maggie y Glenn─ salió la rubia relajada de las duchas aun riendo de su hermana 

─oh─ el moreno se hecho a reír de la inocencia de la ojiazul y sobre todo de la asustada que estaba

─¿están bien?─ la adolescente seguía preocupada por los extraños ruidos en las regaderas─ se oían mal─ Daryl y Rick llegaron alertados por la supuesta amenaza de caminantes en la prisión

─¿qué ocurrió?─ preguntó el arquero preparando su ballesta en dirección del baño

─son Glenn y Maggie pueden estar lastimados─ la risa de la rubia se desato una vez más confundiendo a los dos mayores 

─ellos están bien Maddie solo platicaban─ ante el sarcasmo de Beth los adultos entendieron la situación relajando la postura

─Maddie─ Carl y su amigo bajaron corriendo al enterarse del posible ataque a la prisión 

─todo esta bien─ tranquilizo la castaña a sus amigos ─nada de que preocuparse, eran Maggie y Glenn─ en eso salieron los mencionados vistiéndose apenados─ ¿en serio están bien?─ preguntó la ojiazul 

─si─ los dos no tardaron mucho en abandonar el lugar entre risas y sonrojos por haber sido pillados en el acto 

─que alivio─ suspiró sonriendo 

─regresen a sus puestos─ ordenó Rick regresando con una sonrisa burlona 

─Beth, ─ la llamó la ojiazul cuando todos ya se habían ido ─ en verdad ellos están bien, escuche como se quejaban de dolor ─la rubia no hallaba palabras para explicar lo que hacia su hermana mayor en las regaderas con el asiático

─digamos que eran quejas de felicidad─ se fue antes que la castaña pudiera decir algo más o preguntar por otra cosa

¿quejas de felicidad?─ cuestionó confusa ─ ¿eso se puede?─ bufo frustrada regresando a su tarea principal lavar los pinceles que soltó por el miedo

H O P E ➳ ČÂŘĹ ĞŘÎMĚŠDonde viven las historias. Descúbrelo ahora