Capítulo tres: Lluvia en el corazón.

164 9 15
                                    


Al día siguiente ya en la escuela, Tanjiro se encontraba junto a Inosuke esperando los resultados de su examen. Su rubio amigo no había ido por obvias razones ya que, de todos modos, sabía su resultado. El profesor Tomioka se encontraba supervisándolos, no tenían clase en ese momento con ellos pero Tamayo-san le había pedido que le apoyara llamando a los grupos y cuidándolos. Tanto los chicos como chicas estaban en la misma fila para apresurar las cosas, solo tenían unos minutos debido a que habían salido durante la clase del profesor Sanemi.

La fila avanzaba rápido y, mientras tanto, el pelirrojo y el peliazul platicaban para disminuir su nerviosismo.

—Estoy nervioso— Inosuke dijo sosteniendo la camisa de Tanjiro, acción que siempre hacía cuando tenía miedo, nerviosismo o vergüenza.

—También yo. Solo espero que todo salga bien, sea cual sea mi resultado— estaba recargado en la pared, mirando ambos lados del pasillo para distraerse.

En eso el profesor Tomioka iba pasando junto a él cuando, por accidente, tropezó un poco. Y, por reflejo, se sostuvo del hombro del pelirrojo para no caer. Ese simple toque hizo que ambos hombres sintieran una conexión extraña, provocando que el pelinegro quitara rápidamente la mano. Ambos se miraron a los ojos, sorprendidos.

—Tomioka-sensei, ¿está bien?— el chico que estaba frente a Tanjiro preguntó.

—S-sí ¿se encuentra bien?— ahora dijo el pelirrojo, luego de salir del shock, con clara preocupación. Giyuu se acomodó y retomó la compostura, mirando a Tanjiro en todo momento. Negó con la cabeza y respondió.

—Sí, solo fue un descuido— reanudó su andar entre el pasillo restándole importancia, o al menos eso trató.

Mientras Tanjiro lo miró irse, la profunda mirada que le dedicó hace un momento lo hizo sentir tristeza. Porque en esos ojos solo se reflejaba una enorme soledad y un vacío profundo. Si antes le llamaba la atención la actitud tan fría que poseía, ahora lo hacía aún más luego de lo que acababa de pasar.

—Tapioka-sensei es un poco tonto, ¿no crees?— Inosuke mencionó como si nada.

—¡Inosuke! No puedes decir eso, es grosero— inmediatamente Tanjiro lo reprimió por su comentario.

. Vieron pasar a sus compañeros con una cara diferente a como habían entrado a la enfermería, incluso Kanao había pasado con una expresión algo feliz. El chico frente a Tanjiro había entrado a la enfermería provocando en él más nerviosismo: era el siguiente y quien sabe que pasaría allí adentro.

—Vamos, pasa— la voz junto a él lo sacó de sus pensamientos, Tomioka estaba a un lado de él esperando a que reaccionara y entrara, ya era su turno.

—S-sí— y como le dijeron, entró.

—Ah, hola de nuevo... ¿Cómo está tu amigo?— la mujer miró la preocupación del chico, así que trató de relajarlo con esa pregunta.

—B-bien, está descansando en casa. Volverá a la escuela cuando su celo termine— se acercó a la mujer. Sentía que por cada paso que daba su corazón se saldría de su pecho, aquel sobre que Tamayo-san tenía en la mano sería el inicio de su nueva vida. Sea lo que sea que hubiese en ese sobre, sería lo que designaría su futuro.

—Aquí está tu sobre. Vamos, ábrelo— le entregó lo dicho y paciente esperó a que el joven lo abriera. Tenía que saber cuál era el resultado antes de darle la bolsa con trípticos y otras cosas que serían importantes para conocer su nuevo sexo, junto con algunos supresores y poder anotarlo en su ficha médica.

Tanjiro miró por varios segundos el sobre, antes creía que sería fácil aceptar lo que el destino le tuviera planeado, pero ahora no sentía lo mismo. Sus manos comenzaron a sudar y su corazón comenzó a latir más rápido. Miró a la enfermera que aún le sonreía tranquila, se armó de valor y abrió el sobre. Sacó la hoja dentro y la desdobló.

En busca de la felicidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora