PRÓLOGO

3.2K 282 757
                                        

29 de octubre

   —¡Apresúrate, Paige! —gritó un a voz conocida desde el porche delantero de mi casa. Su chillido era incluso audible desde el segundo piso, el sonido atravesando mi ventana con facilidad.

   —¡Ya voy! —bramé de regreso.

   Sentí una gota de sudor deslizarse por la piel de mi nuca provocando un leve cosquilleo. La sequé con un movimiento rápido de mi mano, y proseguí a seguir empacando lo necesario para mi semana de vacaciones.

   Contra todo pronóstico, y sobre todo, contra las insistencias de mis padres en que no debería salir de casa para Halloween, tomé la decisión que no corríamos riesgo alguno por celebrar mi cumpleaños por al menos una vez en la vida. Ya no quería que nada ni nadie interfiriera en mi felicidad, y aunque ellos intentaron convencerme de que podíamos hacer una fiesta en casa con mis amigos a puerta cerrada, decidí que merecía hacer algo diferente de una vez por todas.

   Era una pena que mi cumpleaños fuese en el Día de Todos los Santos viviendo en un pueblo en el que la superstición reinaba en la cabeza de cada habitante. Sería muy fácil excusar a los tontos pueblerinos por ser unos fanáticos religiosos que no tenían remedio alguno, pero no era nada como eso. Una absurda leyenda que corría de oreja a oreja en el pequeño pueblo de Anaville se había apoderado de las mentes de cada uno de los residentes para sumirlos en un estrafalario estado mental en el que creyeron que no celebrar Halloween los liberaría de la ley natural de la muerte.

   Pero no era así. Ninguno podía huir de eso que nos perseguía cada día, ni los habitantes de Anaville, ni aquellos que alguna vez fueron, y ahora yacen bajo tierra luego de que terribles tragedias acabaran con sus vidas.

   "...Elliot Black fue encontrado muerto en las afueras de Anaville con una bala atravesando su cabeza. Se desconoce el paradero del asesino."

   "...Isabella Giordano apareció misteriosamente ahogada en el río que atraviesa la carretera de salida de Anaville."

   "...Los cuerpos de Abby Jonhson y Tim Wright se hallaron sin vida con varias puñaladas bajo un tumulto de hojas secas luego de desaparecer el 31 de octubre del 2020."

   Esos sólo son tres de las muchas noticias que se reportaban cada año en el periódico local luego de Halloween.

   Turbio, ¿cierto?

   Debo admitir que daba un poco de miedo, pero enfermar mi cabeza con tontas teorías creadas por idiotas sin oficio no estaba entre mis planes. Ya no más. Había pasado mi vida sumergida en una intensa depresión colmada de miedo como para agregar algo más a mi inestable cabeza.

   Sin embargo, en una recóndita esquina oscura de mi mente, se refugiaba aquella leyenda tenebrosa que todos los padres en Anaville les contaban a sus hijos por la noche antes de dormir como un recordatorio constante de que este pueblo era una tortura interminable:

   En la noche de Halloween, desde que el sol sale de su escondite hasta que las estrellas se extienden en su manto nocturno sobre el cielo, un ente obscuro y maligno visita el pueblo de Anaville para llevarse almas consigo. Se dice que su figura es tan espeluznante que, de solo mirarlo, te incita a cometer atrocidades que acabarán con tu propia vida, dejando un rastro de incógnitas y accidentes inexplicables que nadie podrá resolver.

   En tu casa debes quedarte si quieres permanecer en este plano por más tiempo, porque si aquella entidad te encuentra paseando en las calles, te unirás a su séquito de fantasmas que deberá caminar penosamente por toda la eternidad en busca de la libertad. Una que jamás encontrarán.

Hotel BronzeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora