Mon amour mignon

85 10 2
                                    

𝕋𝕒𝕜𝕖 𝕪𝕠𝕦 𝕝𝕚𝕜𝕖 𝕒 𝕕𝕣𝕦𝕘

𝕀 𝕥𝕒𝕤𝕥𝕖 𝕪𝕠𝕦 𝕠𝕟 𝕞𝕪 𝕥𝕠𝕟𝕘𝕦𝕖

𝕐𝕠𝕦 𝕒𝕤𝕜 𝕞𝕖 𝕨𝕙𝕒𝕥 𝕀'𝕞 𝕥𝕙𝕚𝕟𝕜𝕚𝕟𝕘 𝕒𝕓𝕠𝕦𝕥

𝕀 𝕥𝕖𝕝𝕝 𝕪𝕠𝕦 𝕥𝕙𝕒𝕥 𝕀'𝕞 𝕥𝕙𝕚𝕟𝕜𝕚𝕟𝕘 𝕒𝕓𝕠𝕦𝕥

𝕎𝕙𝕒𝕥𝕖𝕧𝕖𝕣 𝕪𝕠𝕦'𝕣𝕖 𝕥𝕙𝕚𝕟𝕜𝕚𝕟𝕘 𝕒𝕓𝕠𝕦𝕥


Daddy Issues - The Neighbourhood



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




—Trátame como una princesa y bésame como una perra, Keigo —exigió Saki con voz temblorosa, mientras su respiración se aceleraba. Keigo respondió a su petición con una intensidad que la hizo estremecerse. Colocó su mano en la parte posterior de su cabeza, entrelazando sus dedos en su cabello, y la acercó hacia él con urgencia. La cercanía hizo que sus respiraciones se entrelazaran, mientras él bajaba su otra mano por su espalda, recorriendo con destreza cada curva de su cintura y cadera.

—Ahg, Keigo... —gimió ella, incapaz de contener el placer que se desbordaba dentro de ella. El joven héroe, sintiendo su vulnerabilidad, apretó sus muslos con firmeza antes de darle una nalgada en su trasero, provocando un jadeo ahogado de parte de Saki. Sin perder el ritmo, sus dedos se deslizaron hacia su cola, acariciándola y jugando con ella de manera provocativa, lo que incrementó la tensión entre ambos.

—Minou... —murmuró él con voz ronca, acercando sus labios a su oreja, sintiendo el calor que emanaba de su cuerpo—. ¿Acaso te dije que podías gemir? —La pregunta la hizo temblar. Saki, sonrojada hasta las orejas, sacudió la cabeza negando con fervor, sabiendo que no debía haberse permitido mostrar su excitación tan abiertamente.

—Mereces un castigo por ser desobediente con Daddy —continuó Keigo, con una mezcla de dulzura y firmeza en su voz. Sin previo aviso, la tiró hacia la cama, aunque lo hizo con una delicadeza sorprendente, asegurándose de que cayera sobre la suave colcha. Se inclinó sobre ella, sus labios acercándose a los muslos de la chica, y comenzó a lamerlos, besarlos y morderlos con devoción, mientras su otra mano encontraba el camino hacia la boca de Saki, obligándola a lamer sus dedos—. Tienes prohibido gemir sin mi autorización.



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



La luz de la mañana se filtraba por las ventanas de la oficina de Hawks, iluminando suavemente la figura de Saki mientras entraba con una sonrisa radiante.

—¡Buenos días, Hawks! —exclamó alegremente, con el tono fresco y animado que solía acompañarla todas las mañanas. Sus ojos felinos, entrecerrados para evitar la molesta luz del sol, brillaban con su habitual calidez—. ¿Cómo amaneció? —Preguntaba siempre lo mismo, un pequeño ritual que ambos compartían desde que trabajaban juntos. Mientras hablaba, se dirigía a la cafetera para preparar el primer café del día para su jefe.

—Buenos días, minou —respondió él, tomando la taza que ella le ofrecía, inhalando el aroma del café con una sonrisa. Saki había estado con él desde los inicios de su carrera, y ahora, como el héroe número 3 de Japón, no podía imaginar su vida sin ella a su lado—. Amanecí bien —mintió con suavidad, ocultando la verdad detrás de su sonrisa. No podía confesarle a su fiel secretaria que había pasado la noche soñando con ella, con la chica que, durante cinco largos años, había intentado mantener a raya sus deseos.

—Voy a hacer que te creo —respondió ella, entrecerrando los ojos con una ligera picardía. Saki lo conocía demasiado bien; sabía leer cada gesto, cada inflexión en su voz. Hawks no podía esconder nada de ella—. Después de todo, no me pediste pollo frito para almorzar.

Hawks rió entre dientes, tratando de desviar el tema—. Al parecer tengo una acosadora como secretaria —bromeó, mientras recogía los papeles que habían quedado sobre la mesa de Saki, que se encontraba impecablemente ordenada.

—Hoy viene Miruko a ayudarme —añadió con un aire despreocupado.

—Me gusta pasar tiempo con Miruko —comentó Saki, mientras saludaba con una sonrisa a un héroe que pasaba por el pasillo. Sus ojos brillaban con una calidez sincera—. Endeavor también viene —continuó Hawks, y la emoción en su voz lo traicionó; empezó a saltar como un niño pequeño al que le acababan de prometer su helado favorito.

Saki se rió ante su reacción, aunque trató de mantener su profesionalismo—. Uhg, disculpa, Hawks, pero tengo que ir a organizar la semana. Voy a traer pollo frito para almorzar —anunció, mientras se alejaba hacia su escritorio, dejando al héroe alado para que se sumergiera en su trabajo.

—Si supieras que lo único que quiero comer eres tú... —murmuró Hawks para sí mismo, observando cómo Saki se alejaba, antes de girarse y dirigirse a su oficina, sumido en pensamientos que lo desconcertaban.




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



Más tarde, el sonido de pasos rápidos resonó en el pasillo, seguido de una exclamación alegre.

—¡Saki! —gritó Miruko, la heroína conejo, antes de envolverla en un abrazo aplastante—. ¿Cómo has estado, bebé?

—¡Miruko! —respondió Saki, devolviendo el abrazo con igual entusiasmo. El cansancio que había sentido más temprano parecía disiparse ante la energía contagiosa de su amiga—. Cansada, hay demasiados villanos y es agotador organizar la semana de Hawks y de la empresa —hizo un puchero que, lejos de parecer infantil, resultó encantador—. Pero no me quejo, la paga de fin de mes me hace feliz —ambas estallaron en risas, compartiendo un momento de complicidad.

El sonido de la puerta abriéndose llamó su atención. Hawks entró en la sala con una sonrisa relajada.

—Siento interrumpir, pero necesito a Miruko para la reunión —comentó con amabilidad, aunque sus ojos se posaron en Saki por un momento más de lo necesario—. Minou, tráenos un café y agua fría.

Saki asintió con una sonrisa profesional, antes de retirarse con elegancia para cumplir con la petición.

—Debes ocultar mejor tus celos —se burló Miruko, mientras seguía a Hawks hacia su oficina—. Se nota hasta en Estados Unidos que estás enamorado de ella.

Hawks sonrió, tratando de mantener su compostura.

—¿Enamorado? —repitió, fingiendo indiferencia, mientras cerraba la puerta detrás de ambos. Sin embargo, no podía negar que las palabras de Miruko habían tocado una fibra sensible. Aunque lo ocultaba bajo una fachada de profesionalismo, su corazón latía con fuerza cada vez que veía a Saki, y esa verdad se hacía cada vez más difícil de ignorar.

ONE OF THE GIRLS |BNHA X OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora