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Cordelia se había colocado su viejo vestido, aunque tuvo que arreglarlo un poco pues ya no tenía su voluptuoso cuerpo, ahora estaba en el cuerpo de Yui; se recargó en el barandal de aquel balcón. Ritcher se acercó a ella y se recargó también, dándole la espalda al jardín.

– Esto me hace recordar los viejos tiempos –sonrió ella.

– Nos olvidaremos del tiempo y bailaremos toda la noche. Como si fuera ayer.

Ella rió.

– Cordelia. Ngh...Cuñada –se corrigió.

La mujer levantó una mano, colocando un dedo sobre los labios de su amante.

– Me estás llamando así a propósito. No dejas de ser adorable.

– No es a propósito –tomó su mano.– Eres la esposa de mi hermano, una verdad que no puedo obviar –la soltó y se alejó unos pasos, dándole la espalda.– Soy el hombre que peleó con su hermano por ti y perdió –la miró.– He deambulado por el mundo por cientos de años, sólo para olvidarte –dijo alejándose.

– No tienes por qué olvidarme. No le debes nada a KarlHeinz, ¿O me equivoco?

– Qué mala eres. Me estás induciendo para que te responda eso.

– Es divertido provocarte, Ritcher.

Él se detuvo y la miró. Ella giró para verlo también.

– Eso no importa. Es cosa del pasado. He resucitado tal y como deseaste.

– ¡Oye! ¡¿Qué significa esto?! –interrumpió.

Ambos giraron, viendo a Tn y Ayato acercarse.

– Oh, Ayato, Tn. Cuánto tiempo.

– Cordelia... –sonrió.– Creí que la próxima vez que te vería sería en el infierno.

– ¿Qué le hiciste?

– No parece que han venido a decirme que están feliz de volver a verme. ¿Quieren saber por qué estoy aquí? –miró al hombre.– Ritcher, ¿Podrías explicarles? Iré a descansar un poco –miró al pelirrojo.– Aún no me he adaptado a este cuerpo. Se supone que ella está inconsciente, pero está tratando de expulsarme.

– Me da igual, la verdad. Ni tú ni la plana me caen bien –dijo la rubia, cruzándose de brazos.

– Qué pesar. Al parecer aún no me he apoderado por completo de este cuerpo.

Cordelia comenzó a caminar, yéndose del balcón.

– ¿Qué le hiciste? –volvió a preguntar Ayato a su tío.

Ritcher los observó unos segundos, y luego contó cómo había tomado el corazón y vestido de Cordelia tras su muerte a petición de ella misma, antes de que Kanato quemase su cuerpo.

– ¿Quieres decir que su corazón está en el cuerpo de ella?

– ¿KarlHeinz sabe esto?

– La chica es sólo un recipiente. La chica aún existe, pero escasamente. Sin embargo, una vez despierte –los miró.–, su alma desaparecerá por siempre y sólo quedará Cordelia.

El pelirrojo abrió los ojos con sorpresa, mientras la rubia sólo fruncía el ceño.

– Sí, estoy seguro que deben estar conscientes de que ella está...a un paso de despertar.

– ...Ayato, ve por tablita.

Ayato chasqueó la lengua y salió de aquel balcón, yendo a buscar a Yui. Ritcher volvió la vista a la rojiza luna.

Lust 💋 Laito Sakamaki 🐍🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora