Lust 💋 Laito Sakamaki 🐍🔞

💋 7

[Ryoutei High School Academy]

La luna llena brillaba en el cielo nocturno. Yui tomó su bolso escolar y dio unos pasos en aquella terraza, hasta que escuchó una voz conocida hablar:

– Te amo.

Confusa y curiosa, se acercó hacia de donde venía aquella voz masculina para observar, viendo a un sonrojado Laito de rodillas delante de una fémina, sujetando una de sus piernas desnudas y dándole pequeñas caricias; la chica delante de él era Tn, quien se encontraba sentada en uno los bancos de la terraza, con una sonrisa maliciosa en su rostro y sus ojos brillando con un color rojizo en lugar de su azul de siempre. La humana se sorprendió, le causaba mucha intriga la relación que aquellos dos tenían, pues desde el principio había notado que ambos eran más cercano de lo que se veía a simple vista.

– ¿Me amas, Laito...? –preguntó la demoníaca rubia.

– Por siempre, siempre, siempre. Sin importar que lo desees o no, nunca me he olvidado de ti, ni por un instante. Tu voz, tu olor. Todo está en mi mente –tomó aire y suspiró. Frunció el ceño y miró de reojo hacia un lado.– Oye, ¿Quién está ahí?

La humana se sobresaltó y se ocultó tras una pared, pero el vampiro se teletransportó tras ella, la tomó del hombro y la giró.

– Bitch-chan, no es bueno estar escuchando a escondidas.

– Perdóname, no era mi intención.

– Pero...escuchaste muchas cosas, ¿No?

– Ah... –lo miró, nerviosa.– Sí, pero...

– Y bueno, ¿Qué te haré? –la tomó por el cuello con una mano.

– No puedo respirar... –se quejó con la voz algo entrecortada.

– Necesitas un castigo.

Laito arrojó el bolso de la rubia al suelo y la llevó hacia una de las enormes puertas, azotando su espalda con algo de brusquedad sin soltarle el cuello, lo que provocó un quejido de dolor en ella. Tn se acercó a paso tranquilo, de brazos cruzados y con una mirada altanera.

– Escuchaste demasiado, tabla de planchar. Mereces ser castigada.

– ¿Dónde te gusta, Bitch-chan? –apoyó su rodilla contra la puerta, entre las piernas de aquella.– Te tocaré donde seas más sensible. Nosotros, los amos de la noche, nos sentimos particularmente sedientos en una noche como esta. Nos sentimos terriblemente sedientos, tanto que nos morimos de ganas de saciar esta sed –se agachó un poco y lamió su cuello.

– Detente...

– No sé si es por la luna llena, pero estoy muy excitado –llevó una mano tras la cabeza de ella y corrió su cabello a un lado.

El vampiro sacó sus colmillos y mordió a la humana, bebiendo un poco de su sangre; sus ojos se abrieron con algo de sorpresa y se alejó un poco de su cuello.

– ¿Eh? –llevó una mano a su boca.– Esto...

Yui lo empujó, abrió la puerta y corrió escaleras abajo. Tn rió, divertida.

– Rechazado de nuevo, hermanito.

– Hmm... –giró, mirándola.– Eres mala.

– Mucho, cariño –rió.– Persíguela.

Laito sonrió y se teletransportó. Tn borró su sonrisa y chasqueó la lengua.

– Maldita humana... –murmuró.

[00:15]

Yui caminaba por los pasillos de la escuela, se dirigía a su salón después de la hora del almuerzo. Alguien se acercó a ella, la tomó por uno de sus hombros desde atrás y la giró bruscamente, haciendo que chocara su espalda contra la pared; soltó un quejido de dolor y miró a la persona que la había detenido.

– Tn-san... –murmuró temerosa.

– Humana... –gruñó con desdén, mientras sus ojos pasaban de azul a rojo.– Escúchame, tabla de planchar. Te lo advertí la primera noche...Eres humana, o sea sólo comida, ninguna mierda más; ni siquiera sirves para ser una novia, eres demasiado patética para eso –la tomó por el cuello con una mano, bruscamente.– No eres nada, humana. No trates de robarme la atención de mis hermanos, ¿Entendiste? De ninguno de ellos. Me vale mierda que mi padre haya dicho que no te matemos, si se me da la gana puedo hacerlo...cortaré tu garganta y haré que ahogues con tu propia sangre. Si quieres sobrevivir en la mansión, no trates de robarme atención. Yo soy la única niña consentida, la única matriarca. Hice que ellos matasen a sus propias madres por mí, no sabes de lo que soy capaz...Mantén un perfil bajo, tabla.

La rubia soltó a la humana, dejándola caer al suelo pues la había levantado un poco; chasqueó la lengua y pestañeó, haciendo que sus ojos vuelvan a tomar su color azul.

– Estás advertida, monja plana.

Giró y comenzó a caminar, alejándose. La humana llevó una mano a su cuello y tosió un poco, se levantó tambaleante y corrió al baño.

[Baño de damas]

Yui se miró al espejo y exclamó sorpresa al ver las marcas rojas de dedos que tenía en su adolorido cuello; bajó la mirada hacia sus manos, notando que seguía temblando del miedo. Debía admitir que aquella joven le causaba mucho más temor que todos los Sakamaki juntos.

[Terraza]

Tn caminó por la terraza y miró al cielo nocturno, observando la brillante luna llena. Alguien la abrazó por detrás y soltó una risa.

– Puppy-chan, eres muy celosa. Nfu~

– No me molestes.

– Amenazaste feo a Bitch-chan, se veía realmente asustada.

– Se lo merecía. Finge ser una mártir y me roba atención...No mandé a la tumba a Cordelia, Beatrix y Christa para que una patética humana venga a robarme atención.

– Ahh~ Me encanta cuando eres así de mala...me excita tanto... –gimió.

Laito jaló la camisa de la menor hacia los lados, desabotonándola con brusquedad; observó sus grandes pechos y relamió sus labios.

– Sabes que te amo...pero puedo demostrártelo si quieres...

– ...Un "te amo" es como un "buenos días", no vale nada –lo miró.– Pero...quiero que me hagas sentir como la Princesa Sakamaki...hazme sentir que soy la única consentida en la mansión.

– Nfu~ Estaré encantado, Puppy-chan...

El vampiro empujó levemente a la menor, haciendo que ella se sujetase de los barrotes del borde de la terraza; le levantó la corta falda y le bajó las bragas. Relamió sus labios. Desabrochó el cinturón y sus pantalones, y bajó estos junto a sus boxers, dejando expuesta su miembro erecto; rió, tomó a la joven de la cintura e ingresó en ella de una vez. Él gruñó, y ella gimió.

– Ahh~ Puppy-chan, amo estar dentro de ti...No sabes cuánto necesitaba hacértelo esta noche...

– Laito~ Me encanta hacerlo contigo...y ser la consentida...

– Eres la Princesa Sakamaki, mi pequeña Puppy-chan~

El de fedora se recostó un poco sobre la fémina, llevó sus manos a sus pechos y levantó su brasier, apretándole los senos mientras sus embestidas se volvían más bruscas. La rubia gemía de manera sonora, apretando el agarre de los barrotes.

– Ahh~ Tn...Puppy-chan...te amo~ –gimió.

Laito gemía y soltaba pequeños gruñidos, mientras aumentaba más y más el ritmo de sus embestidas. Tn sonrió mientras gemía, mientras sus ojos volvían a tomar ese tono rojizo como las llamas del infierno; sentía la energía recorrer su cuerpo, cada vez que tenía relaciones sexuales se sentía enérgica, como si le drenara la vitalidad a su "víctima".