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Kanato tomó a aquella humana, la acorraló contra la pared y la mordió, para beber su sangre. Yui temblaba, aterrada.

– Yo me tomaré toda tu sangre, así que no te preocupes –la miró.– Quedarás más linda que cualquier novia.

– ¿Acaso...todas estas muñecas de cera son...? –preguntó temerosa, observando aquellas "muñecas".

– Así es. Son novias sacrificadas.

Ella abrió los ojos con sorpresa, asustándose más.

– Algunas las mató Tn...y otras las sacrificamos nosotros para ella...

[Cementerio]

Tn se detuvo delante de la lápida con el nombre de Cordelia, observó el ramo de rosas rojas que tenía en sus manos y lo dejó sobre aquella tumba.

– ¿Disfrutas del infierno, Cordelia? –sonrió.– Diviértete ahí...antes de que yo regrese a tomar mi lugar –rió.

– ¿Tn?

Ella giró, viendo al vampiro del oso a unos metros.

– Kanato, Teddy –sonrió.– Te vi ir con la plana a tu salón de muñecas, ¿Ya se acabó la diversión?

– Ayato nos interrumpió.

– Ya veo.

– ¿Qué haces aquí?

– Hablar con mamá Cordelia –pensó un momento.– ¿Estás aburrido?

– ...Un poco.

– ¿Qué tal si jugamos? –se acercó a él.– Aquí mismo, con los difuntos como espectadores.

Kanato esbozó una pequeña sonrisa, dando su aprobación. La joven lo besó y pasó sus manos sobre sus hombros, abrazándolo. El vampiro dejó a su oso sobre una de las lápidas y tomó a la chica por la cintura de manera brusca, haciéndola soltar un jadeo que se ahogó en sus labios. Se separaron un poco, para poder verse.

– Kanato... –murmuró, sonrojada.

El pelilila la arrojó sobre una de las tumbas y subió sobre ella, colocándose entre sus piernas.

– Voy a ensuciarte...Succubus-doll...

Tn sonrió de lado, sus ojos habían vuelto a tomar ese color rojizo; y rió, risa que resonó por el cementerio.

[Más tarde]

Tn entró a su cuarto, tenía el cabello mojado; se acercó al tocador y se sentó delante de él, tomó su peine y comenzó a cepillar su cabello mientras tarareaba una dulce melodía clásica.

– Moo~ Puppy-chan, estás mucho más activa últimamente con los demás. ¿Acaso tratas de marcar tu territorio?

La rubia miró a su hermano por el espejo. Laito estaba recostado sobre su cama.

– ¿Qué haces aquí?

– Te vi en el cementerio con Kanato-kun...Sé cómo terminan las cosas cuando los dos están ahí.

– ...Kanato lo hace bien –giró, para mirarlo.– Pero lo hace mejor cuando siente el olor de la muerte.

– Qué perturbador –rió.– ¿Y te duchaste para sentir que estabas viva?

– No, me duché porque tenía graba en el cabello –sonrió.– Si estás celoso, podemos jugar aquí.

– Bueno...tu cama es bastante cómoda –rió.

Lust 💋 Laito Sakamaki 🐍🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora