IV

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–Tenemos que hablar, tenemos un gran problema. Y ambos estamos involucrados.

–¿Estas bien, Harry? ¿Que pasa?

–Entra–la tomó del brazo y cerró la puerta con seguro.

–¡Auch! ¿Me vas a decir que mierda te sucede?

–Siéntate–demandó.

–¿Para qué? Harry me estás asustando.

–¡Qué te sientes!

–Oh mierda, dime qué diablos te pasa ¿te llegará el período acaso?

–No babosa. Escucha, es un tema delicado... Si te lo digo es porque necesitamos saber la verdad, o intentar llegar a ella.

–¿Que te fumaste y por qué no me invitaste?

–¡Gemma! Por dios, esto es serio.

–Bien, bien. Pero dímelo ya, que me estoy desesperando.

–Bien. Tómalo con calma. Nadie puede saber. No quiero preguntas hasta el final ¿entendido?

–Entendido. Pero ¿por qué tanto lío? ¿Mataste a alguien? Oh espera, si los has hecho. ¿Que puede ser peor que eso y dormir como un gatito despreocupado?

–Dios, si sigues así no te diré nada. El punto no es si duermo como un puto gatito o no. Por favor deja que te explique.

–Ya perdón, Hazz. ¿Que sucede?

–Me he enterado de algo... Ni se te ocurra preguntar quien me lo dijo.

–Vale, continúa.

Julissa, realmente quiero que te controles no es nada fácil este tema.

¿Julissa? Era realmente preocupante tenía años sin llamarla así. Su cara cambió a una completamente seria y asintió.

–Para empezar ocurrió hace años... Tal vez hace veinte o veintitrés.

–Esas son nuestras edades, Harry me asustas.

–A eso voy, tranquila. O puede que incluso mucho antes. No lo sé... El caso aquí es que–la miró a los ojos–mamá le fue infiel a papá–murmuró con miedo que alguien escuchara algo.

–Mierda. ¿Es una broma no?

–Escucha, puede que uno de nosotros dos no seamos hijos de Des, incluso puede que ninguno lo sea.

–Harry, empiezo a creer que realmente fumaste algo.

–¡No, Gemma! Por favor, tienes que creerme.

–¿Y... Con quien?

–El Señor Rowland–trago saliva notablemente.

–P-pero ¿cómo, qué, en qué momento?

–No lo sé Gemms, no me dieron muchos detalles. Tendremos que averiguar qué fue lo que pasó.

–Bien. Sí, sí debemos hacerlo–se sintió marear, quería vomitar, la cabeza le daba vueltas.

–Hey pequeña... ¿Estás bien?–la abrazo.

–S-sí Hazz, e-estoy bien. No pasa nada–su voz se corto y comenzó a llorar.

–¿Por qué lloras bastardita?

–¿Estas consciente de que puede que no seamos hermanos? Me refiero a...

–Sí, lo sé.

–¿Y estas tan despreocupado?

–Gemma, pequeña bestia. Tú y yo somos y seremos hermanos. Siempre. Aunque no tengamos el mismo padre o yo que se. Siempre serás mi hermanita.

We're The Fucking Kings. (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora