Progreso

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Capítulo 14
Progreso

Hermione se despertó en una habitación de aspecto muy utilitaria. En su momento de desorientación, y sin reconocer nada del espacio en el que se encontraba, se incorporó con un fuerte grito ahogado, agarrando la sábana contra su cuerpo. Su repentino ruido y movimiento despertaron a su compañero de cama. Sus habituales gruñidos matutinos, así como su familiar aroma relajaron a Hermione casi de inmediato. Sin embargo, la depresión llegó rápido después del alivio, Hermione se derrumbó sobre la almohada, se tapó la cara con las manos y rompió a llorar.

Snape estaba bastante perdido en cuanto a su comportamiento, ni una sola vez había reaccionado de esta manera al encontrarse con él en cama. No sabía simpatizar con su difícil situación que él compartía, o insultarla.

-Her... señorita Gr... - Su indecisión sobre cómo llamarla sólo sirvió para hacerla llorar más fuerte. Como la mayoría de los hombres, Snape no estaba seguro de cómo manejar a una mujer que lloraba. Tentativamente le dio unas palmaditas en el brazo y simplemente dijo - Ya, tranquila. - Cuando su llanto no disminuyó de ninguna manera, se sintió un poco frustrado. - Señorita Granger, ¿cuál es el problema? Nos hemos encontrado en esta misma situación cada mañana durante casi tres meses, ¿qué tiene esta mañana para que te sientas tan molesta? - preguntó exasperado.

Hermione bajó los brazos e hipó intentando contestar, todavía llorando. - Nunca podremos tener una vida fuera de la compañía del otro. Minerva quería que yo viajara, yo quería viajar. ¿Puedes dejar todo y venir conmigo a Europa por un año? ¿Qué tal si consigo un trabajo en donde tenga que salir a campo por la noche? ¡Claramente esto es lo que pasa! ¡Necesitabas visitar a un colega y este vínculo estúpido sólo nos obliga a estar juntos! ¿Qué pasa si quiero pasar la noche con un amigo? ¡Tendrías que venir también! ¿Y si tenemos planes o compromisos que chocan con los del otro y ninguno puede romperse? ¿Dónde diablos estamos de todos modos?

-Estamos en Gales, señorita G... Her... estamos en Gales - respondió tropezando con su nombre.

-Y eso es otra cosa, ¡ninguno de nosotros sabe como llamar al otro! - Hermione gimió. -Sonamos patéticos tartamudeando sobre el nombre del otro. Si cientos de millas no causan nada contra este efecto secundario, entonces estamos destinados a que nuestras vidas giren alrededor del otro y esa no es la base de una relación saludable. Tenemos que querer estar juntos, no deber estar juntos.

-Severus.

-¿Qué?

Snape exhaló y suavemente agarró su brazo para bajarlo de donde estaba cubriendo sus ojos. - Llámame Severus, Hermione - dijo, enfatizando suavemente su nombre.

Hermione sollozó, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Se sentó en la cama, apretó la sábana contra su cuerpo y se secó algunas lágrimas. -Severus - dijo ella - es un comienzo al menos.

-Sí, lo es - respondió Snape, una pequeña curva en las comisuras de la boca era lo más cercano a una sonrisa que le daría. Se volvió hacia un lado de la cama y recogió la bata que había puesto allí la noche anterior. Se puso de pie y rápidamente se la puso antes de dirigirse a su maleta -Traje esto, por si acaso - dijo mientras sacaba una prenda de su interior. Hermione sonrió más ampliamente al reconocer su propia bata, la que generalmente se quedaba en su habitación. Después de que se la pasara, también se levantó y la envolvió alrededor de su cuerpo. Fue entonces cuando notó al patronus de su madre merodeando al borde de la habitación.

Siguiendo su mirada paralizada, Severus tomó su varita - Expecto patronum - conjuró sabiendo que tenía que hacerle saber a Minerva que Hermione estaba a salvo. Lo que sucedió a continuación fue completamente inesperado.

En contra de su voluntadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora