Luz suspiró al atravesar las puertas de entrada de Hexide.Había pasado apenas una semana de su último año en la escuela de magia, en unos cuantos meses finalmente se graduaría y obtendría su tan ansiado palisman.
La primera humana en graduarse de una escuela de magia...
La idea la llenaba de ilusión y orgullo, no había sido un camino fácil, ella y sus amigos habían pasado por inenarrables obstáculos sólo para poder obtener paz.
Tras descubrir los planes del emperador Belos para reconstruir el portal, les tomó casi dos años de estrategia, planeación y nuevos glifos para lograr derrocar (o bueno... En realidad matar... ¿Matar? ¿Lo mataron? Luz nunca estuvo realmente segura de si estaba vivo o era más bien una especie de espectro muerto en vida que se alimentaba de energía mágica hurtada de sus sacrificios... ¡Pero bueno! ¡El punto es que Belos ya no existe!) al sanguinario manipulador de masas, el pueblo de las islas hirvientes se había rebelado y tomado justicia por décadas de opresión, tomó un poco más de tiempo reconstruir la ciudad y un nuevo gobierno liderado por Lilith, (Eda no quería saber nada de gobernar una isla.) Y un poco más para reparar el portal original con ayuda de Eda, con su puerta pequeña y su llave adornada por un ojo.
Luz estaba por cumplir 17 años cuando por fin pudo volver a ver a su madre, la pobre mujer lloró y tardó en darse cuenta que no era una alucinación y que realmente su hija estaba en la puerta de su casa.
Nunca un abrazo había expresado tanto dolor y alegría al mismo tiempo.
Luz le explicó todo a su madre, y aunque al principio creyó que se había vuelto loca y había inventado una historia de brujas para lidiar con el trauma de un secuestro, la puerta mágica manifestándose en medio de su sala la hizo dudar, cruzarla y llegar a una cabaña desordenada donde había una mujer de cabello blanco con ojos de color desigual y orejas puntiagudas que se presentó como la tutora de luz en las islas hirvientes la hizo cuestionarse si realmente estaba alucinando, finalmente el tubo-búho hablando a través de la ventana y el pequeño ¿Perro? parlante con un cráneo por casco y un fuerte y doloroso pellizco en el costado terminaron por convencerla de que su hija realmente estuvo atrapada en un universo paralelo de demonios y brujas.
Pese a toda la locura y el sufrimiento que había pasado por perder a su pequeña Luz, Camila no pudo evitar alegrarse (Y aterrarse) al saber todo lo que Luz había logrado, dándole libertad a una población entera, hacer magia y tener las aventuras con las que siempre había soñado, pero claro que sólo Luz podría arreglárselas para literalmente viajar entre universos a un mundo lleno de magia.
Camila sobre todo estaba orgullosa de la maravillosa familia y amigos que Luz había conseguido.
Eran un poco excéntricos, un poco raros y de una especie diferente, pero encajaban perfecto con su hija tan especial.
Camila pasó toda una semana en las islas hirvientes, conociendo el que había sido el hogar de su hija por casi tres años.
Willow era encantadora, una brujita tierna y amable con la que Luz había conectado apenas conocerla (¡Al instante! ¡Era casi de no creer!) y con quien había creado lazos muy profundos que las ayudaron a crecer y enfrentarse a sus miedos juntas.
Gus era el más pequeño del grupo, un jovencito tierno y entusiasta que no paraba de preguntar cosas sobre como funcionaban los microondas y los autobuses en el mundo humano, anotando todo lo que Camila le contaba y asombrándose con cada pequeña respuesta a sus interminables preguntas.
Y luego, estaba Amity...
Luz la llenó de información sobre ella, como había pasado de ser odiada y evadida a convertirse en su mejor amiga, como habían derrotado a un monstruo de pesadillas con un baile, el como Amity se enfrentó a sus padres en compañía de sus hermanos cuando estos se Aliaron con Belos durante la revolución, que Amity era la bruja más talentosa de todo Hexide, que tenían un club de lectura y ambas amaban a la bruja buena Azura, y cientos de cosas más.
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Tequila y marfil
RomanceHan pasado cuatro años desde que Luz llegó a las islas hirvientes, y muchas cosas han cambiado, incluyéndola a ella y sus amigos. A Amity le están brotando los colmillos y Luz tiene un remedio infalible para aliviar su dolor.