𝐔𝐧 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐢𝐧𝐯𝐚𝐬𝐨𝐫

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─Estaba muy herido, apenas podía mantenerme consciente... pero en esa oscuridad y confusión, entre las tinieblas de mi dolor... escuché tu dulce voz taradeando una melodía.

El caballero, tras un par de días, se recuperó completamente. Claro que, la herida que le dejó el dragón Seath, no desapareció y tampoco lo haría nunca. De igual manera, se quedó un par de horas más tras su recuperación, relatándome que había pasado exactamente en "Los archivos del duque". Noté que el hablar le era mucho más sencillo que al principio.

Él mencionó que pudo escuchar mi voz... no, dijo que era mi dulce voz. No puedo mentir, y en realidad no veo porqué mentiría, sincerándome... sentí una gran pena. No de una forma negativa, sino que lo contrario a ello... esta vez, no es que me causara calidez, o felicidad... pude denotar el sentimiento de vergüenza al momento de terminar de oír el cumplido por parte del caballero. 

─te agradezco haberme cuidado, Anastacia.

Antes de partir, me dio las gracias por el cuidado que le brindé. No era como que necesitara que me agradeciera, pero... le añadió algo. Con solo el hecho de poder tenerlo cerca de mi era más que suficiente, y él, todavía siendo agradecido, vaya... era un gran ser. Su alma en verdad era una en al menos un millón, y yo le había conocido. 

Subió por las escaleras, y sino me equivoco, se dirigió a las "Ruinas de los demonios".
No creo que él haya podido escucharme, pero le deseé buena suerte, y obviamente recé por su seguridad. Si por mi mano fuera, no le dejaría ir... pero no puede ser de esa forma.
Él parece ser el "no muerto elegido", un guerrero legendario que terminará esta maldición de una vez por todas.

¿por qué... siento esto? es algo que no termino de entender.
No tengo experiencia alguna con... esto, que es tan parecido pero a la vez tan distinto a la felicidad. Está más allá de ello, pero no tengo un nombre para esto... quiero quedarme al lado de este caballero por lo que me resta de vida, porque... siempre fui forzada a hacer lo que no quería.

Viví con dolor, y, cuando quise confiar en alguien... fui apuñalada por la espalda.
Este hombre, tan único... me ha devuelto, a través de pequeños detalles, -estar a mi lado, hablarme, descansar a mi lado- la esperanza y el cariño... y ni hablar de haberme traído nuevo desde aquel limbo. Puedo decir... que le quiero. Así es, yo, Anastacia de Astora, quiero al caballero.

¿qué sucederá con él... al final de su travesía?






Dark Souls: Beyond PainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora