Capitulo 31

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-Está aquí, papá- Susurró la pelirroja con miedo.

-Descuida. Saldremos de aquí, sólo tu hermana sale y nos vamos- La abrazó-
Ustedes son muy valientes.

Finalmente la pequeña salió, Riki la sostuvo entre sus brazos.
Iason escuchó un ruido y rápidamente corrió, no sabiendo que camino tomar en ese gran pasillo.

Los 3 iban corriendo a una prisa incontrolable. Llegó a la habitación de la su hermana y su cuñado.
Tocó desesperado y Maxon fue quien le abrió.

-Iason, está en nuestra habitación.

-Pasen rápido.

-Gracias-

-¿Y mi hermana?

-En otra habitación... No podemos quedarnos, aquí- Vió su ventana y la cama- Tengo una idea- Tomó unas sábanas y cortinas- Ayúdame a atarlas y bajamos por la ventana.

El moreno sonrió ante esa idea.

Lo hicieron entre los 2, rápidamente antes de sujetarla firmemente con la ventana y  fijándose que llegará al piso de la calle.

-Annie, Iasoni ¿Recuerdan las veces que hemos escalado?

-Si- Dijeron al mismo tiempo.

-Necesito que lo hagan, sólo que usando esto ¿Creen poder?

-Si podemos- Le sonrió la menor en complicidad y dando un gran bostezo.

Primero bajo Riki, tocó una ventana y le aviso a Sid para que previniera a los demás y poder encontrarse en su casa.

Se sorprendió al ver como hábilmente sus hijas bajaban; y Maxon tras ellas.

Afortunadamente el de pelo blanco, llevaba dinero y tomaron un taxi en un lugar lejos.

Iason seguía corriendo como loco por esos pasillos. Tocó puertas, y en desesperación rompió algunas armando un escándalo y gritos en el lugar. Tanto que varios huéspedes salieron alarmados y todos aprovecharon eso para poder escapar.
El rubio no los había notado, al salir esperaba verlo, pero eso no paso. Nuevamente cayó en desesperación.
Corrió por las calles y nada
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-Muy bien, empacaremos algunas cosas y veremos dónde nos quedaremos en unos días. Es mejor que descansemos un poco.

-¿Y si descubre que estamos, aquí?- Annie cargaba a su hermana, que dormía en su hombro.

-Les haremos saber a todos nuestros amigos, que no den nuestra dirección y no estaremos mucho tiempo aquí.
Creo que estaremos a salvo por unos días. Ustedes no se preocupen y descansen- Tocó el hombro de su hija  besando su frente y la cabeza de la más pequeña, que dormía.

-¿Entonces, así será nuestra vida? ¿Huyendo?- Lo vió desesperada.

-Claro que no...

-Papá, no me mientas.

-Jamas te mentiría, mi amor. Lo sabes-

-Pero admite, que no puedes controlar esto... No me importa huir o incluso dejar toda nuestra vida, con tal de estar juntos.

-Annie...

-Tú has hecho mucho por nosotras. Estaremos donde tú estés, aunque sea duro.

-Mi amor, este no es tu problema. Es mío... Y perdón por involucrarte a tí y a tu hermana- Tomó a la pequeña, la vio y la abrazó a su cuerpo- Lo resolveremos...

-Ahora esto me concierne, también...
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Raoul despertó y en toda la noche tuvo sueños con esa mujer. Apenas la había visto y no podía sacársela de la cabeza- Una simple humana... Basura terrestre-  Pasó por su cabeza, pero finalmente se encontró que aún la tenía en mente, incluso mientras se daba una ducha y un pensamiento impropio de él vino a su cabeza- ¿Cómo tendrán intimidad, los humanos? ¿Podría hacerlo con un Pet? ¿Es igual?- Sacudió su cabeza. Podía controlar mentes de otras personas, pero era la primera vez que se preguntaba cómo era controlar su mente. Decidió que simplemente esa mujer le dio curiosidad, y que pagaría las consecuencias de estar relacionada con Riki; parecían muy cercanos y sabía que ya eso había afectado a su mejor amigo.

¿Otra vez, tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora