Lo que comenzó con una simple y sencilla reunión de negocios, había terminado en la habitación de un hotel a la cercanía de aquel restaurante,entrando con rapidez a la habitación y colocando el seguro en ella, las ansias por hacerlo de su propiedad crecieron, y aumentaron más cuando quito aquel par de anteojos claros, dejando ver sus increíbles y seductores ojos color miel, tsukishima kei le tomó por la cintura y el sin perder la noción del tiempo entre lazo sus brazos al rededor de su cuello, también rodeando con sus piernas la cintura del rubio..
Cargandolo con desesperación y lanzandolo sobre aquella cama con sábanas blancas, comenzó a subir encima de la cama hasta llegar en donde se encontraba el pelirrojo (es peli naranja pero se lee más estético llamarlo pelirrojo).
Sin objeción alguna abrió sus piernas dándole paso para que se posicionará encima de él, entre risitas y besos perdieron el control, realizando marcas en los cuerpos, desesperadamente se deshacían de la ropa quedando abiertamente desnudos en la oscuridad de la noche..
Los crujidos y gemidos que emitía el pelirrojo era de ácido placentero para kei, quien aumentaba la fuerza para darle el placer que el pelirrojo necesitaba, seguía y seguía, las expresiones hechas por el pequeño tensaban aún más el cuerpo del rubio, cada vez que arquea a la espalda, cada vez que se aferraba a las sábanas, y cada vez que gemia su nombre, el placer estallaba en el interior de shoyo, quien no le bastaba haberlo hecho 5 o 6 veces, exigía cada vez más y más fuerte, a pesar de tener una amplia resistencia y buena estética física, el rubio ya no podía más, se había corrido demasiadas veces, había sobrepasado el límite que había alcanzado con su pareja actual, hinata era un mounstro, sabía que era uno en la cancha pero jamás se imagino que también lo fuera en la cama...
Tomó aire por un par de minutos y luego volvió a entrar, esta vez lo introdujo todo completo haciendo gemir ahogadamente a shoyo..-mas~nmg ah! -
Había encontrado ese punto que llevaba buscando hace un buen rato, sacó lentamente y volvió a meterlo esta vez escuchando un grito ahogado por parte de shoyo, eso le provocó una sonrisa de satisfacción al ver el rostro de su pasivo amigo, quien tenía sus labios entreabiertos y de sus ojos soltando algunas lágrimas.
Se dispuso a besarlo y a meter su lengua uniendola con la segunda, sin dejar de embestirlo, las delgadas manos de hinata fueron pasadas a la espalda de kei, abrazándolo por unos segundos y luego clavando sus uñas en ella..-mnh ah! Dios! - solto sin previo aviso tirando de su cabeza hacia atrás, sintiendo como por el medio de su pecho se derramaba el líquido espeso.
-te gusta? -preguntó el rubio sonriendo, al fin había logrado que su pequeño pelirrojo se corriese debidamente, noto como las piernas que estaban a sus costados temblaban, sonrió maliciosamente y lentamente se posicionó en medio de ellas, hinata jadeaba y suspiraba, un poco cansado cuando sintió como por sus piernas pasaba la lengua del rubio, se aferro aún más a las sábanas y cerró sus ojos fuertemente mordiendo su labio inferior, sintiendo como kei besaba y mordía su piel.
No obstante el rubio metió el pene de shoyo en su boca..-oh! Dios! P.... Para.... D.. Detente ahg~ -arqueo su espalda volviendo a correr se está vez en la boca del rubio, cuando sus piernas cayeron rendidas y junto con ellas, el también....
Y en la mañana del siguiente día, al abrir sus ojos, comenzó a buscar sus debidos anteojos, los cuales estaban tirados en el suelo, los tomó sin bajarse de la cama, y al buscar el otro cuerpo ya no estaba...
Dio un leve suspiro, había sido un buen sexo, el mejor diría el, y le causaba nostalgia el saber que no se volvería a repetir otra vez.. Comenzó a buscar su ropa cuando hinata salió de la ducha, vestido correctamente.. Ofreciéndole una sonrisa..- como puedes mantener tanta energía después de una noche tan placentera? - preguntó mientras que hinata tomaba un abrigo y su cartera, abriendo la puerta de la habitación.
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seducciónes del escritor
FanfictionHinata shoyo, escritor de novelas ligeras, reconocido por muchas personas, amable y tierno, pero profundamente insatisfecho. Desahogandose por medio de sus libros, hasta que cierto rubio despierta su interés real.