XII. El baile

1K 236 17
                                    

Tengo miedo de herir el corazón de alguien

- ¿Por qué?

- (Suspire)

- Porque sé cómo duele.

(El principito)

Al príncipe Thitiwat le fastidiaban los bailes, nunca entendió porque a la gente le gustaban, o quizás solo le molestaba aquello que tenía que ver con entretención cuando él lo estaba pasando fatal desde que Fluke abandonó el castillo, Ohm había contado las veces que camino a la cabaña solo para sentir su aroma que aún estaba impregnado en la bata de dormir, la cabaña estaba de la misma manera en que la dejo desde ese día con la cama desordenada donde esa noche lo había besado y acariciado hasta el amanecer, se había enamorado de Fluke Warut de una manera apasionada, tanto que creía estar perdiendo la razón, su corazón se apretaba al saber que jamás podrían estar juntos.

Ya de vuelta en el castillo, Ohm se encerró en la biblioteca, no quería saber nada, hasta que fueran las ocho de la noche y comenzaran a llegar los invitados, antes de eso podía permitirse anhelar la presencia de Fluke por el castillo incluso echar de menos a Pin.

- ¿Su alteza?, ¿está ahí? – La voz de Kao interrumpió sus lamentos.

- ¡Vete Kao!, ¡necesito estar solo!

- Su padre no está aquí. – Informó él y Ohm se fue a abrirle la puerta.

- Entra... - Dijo y se dio cuenta de que detrás de él también venia Boun.

- ¿Qué sucede?, ¿Por qué están aquí los dos?

- Estamos preocupados. – Añadió Kao. - Porque no solo confía en nosotros.

- ¿Él aún está en el pueblo? – Le pregunto a Boun.

- No, se ha ido. Hace unos días.

- ¿Se fue solo?

- Si, el profesor Ho se ha quedado en el pueblo, al cuidado de Prem.

- ¿Prem?, ¿su hijo?

- Así es, resulta que Prem Warut es aquel doctorcito que asistía en la zona rural en la que fuimos de servicio.

- El doctorcito de quien estabas enamorado, ¿está en el pueblo y es hijo de Ho? – Preguntó Ohm, asumiendo que el mundo era demasiado pequeño.

- Si, es él. – Ohm entendía por qué su amigo de pronto tenía una amplia sonrisa en el rostro.

- ¿A ti también te ha llegado el amor?, ¿verdad? – Le pregunto a Kao, que desde hace un tiempo había notado las miradas sospechosas que se daban con su secretario, además ninguno de los dos había pedido que les asignaran a otros, eso sin contar que Earth tenía una herida en los labios y cuando le preguntó que le había pasado, este enrojeció como la grana y no supo que contestar.

- Umm, solo diré que estoy feliz. – Earth toco la puerta en ese momento y al ingresar sus ojos chocaron con los de Kao y el desvió la mirada de manera encantadora, mientras Ohm y Boun no pudieron disimular una sonrisa.

- Mi señor, su majestad lo necesita en el gran salón. – Dijo él.

- Earth, dile que no has podido dar conmigo.

SE SOLICITA PRÍNCIPE AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora