XIV. Compromiso.

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Tú eres. Lo sé. Lo supe. Te reconocí. Eres.

Desde hace muchas coincidencias.

Eres.

Desde antes de encontrarnos.

Lo sé, amor.

Eres tú.

Earth entró en el hospital del pueblo después de media hora reflexionando sobre como actuaria en frente de su familia, hace muchos años que no veía a sus padres y en ese momento hubiese deseado tener un corazón de piedra para no sentir. Su padre fue el peor de todos, luego de que le confesara que le gustaban los chicos, su padre lo llevó a un burdel, esperando que con eso se le quitara lo gay, Earth pensó que encontraría comprensión en su madre, pero no fue así, ella ni siquiera lo miró, luego le pidieron que se vaya de la casa, su madre puso en su mano una par de baht y después le cerraron la puerta.

La lealtad de Earth estaría siempre con su majestad y el príncipe Thitiwat, gracias a ellos, no solo tenia una profesión, sino que además había logrado invertir, sus negocios eran exitosos y si quería podía dejar de trabajar por el resto de la vida con el dinero que tenia en su cuenta corriente, pero hasta la noche del baile siempre fue feliz en el palacio, irse de ahí nunca fue algo que se le cruzara por su mente, ahora lo estaba pensando seriamente, olvidarse de Kao era su prioridad.

Lo primero que vio fue a su hermana apoyada en uno de los pilares del pasillo, de lo único que se arrepentía todos esos años era de haberse alejado de su hermana también, ella no tenia la culpa, pero estaba tan herido que solo quería olvidar y empezar de nuevo.

- ¿Has venido?, pensé que no...

- ¿Cómo está él?

- No te voy a mentir, muy mal, el doctor ha dicho que no cree que pase la noche. – Trataba con todas sus fuerzas que aquello no le afectara, pero era imposible, no podía olvidar que antes, cuando era un niño, su padre lo quiso.

- ¿Earth? – Ver a su madre fue lo peor, los años no había pasado en vano por ella, a pesar de tener una buena vida, ella no se veía bien. La saludó más no pudo acercarse a ella. – Tu padre ha pedido hablar contigo, por favor ve ahí dentro. – Asintió con la cabeza y luego ingresó en la habitación.

El hombre que estaba acostado en aquella cama no era ni la sombra de aquel que le dio una cachetada antes de echarlo de casa, aquella enfermedad lo estaba matando, a pesar de que Earth dispuso todo el dinero para que lo llevaran con los mejores especialistas, cuando descubrieron el cáncer era demasiado tarde.

- Hijo. – Lo llamó, Earth trató de mantenerse sereno, pero no se le hacia justo, hubiese deseado que él viviera muchos años, incluso si jamás los volvía a ver. – Lo siento hijo, no me quiero ir de este mundo sabiendo que me odias.

- No te odio. – No quería acercarse.

- Cometimos el peor error del mundo cuando te echamos de casa. Estoy pagándolo.

- No te esfuerces en hablar...

- Perdóname Earth, lamento haber sido el peor padre de todos.

- No hables más... - Le rogó.

- Perdóname, hijo..., lo siento. – Se sentía destrozado, ¿Por qué?, ¿Por qué lo habían mandado a llamar?, ¿Por qué él tenia que morir pidiendo perdón?

SE SOLICITA PRÍNCIPE AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora