XVI. Reencuentro.

1.1K 238 19
                                    


"Nada es más importante que el amor y la promesa del reencuentro"

El caos reino en la pequeña capilla cuando los hombres del conde entraron en ella, mientras que Ohm trataba de llegar a Natouch, el conde trataba de escabullirse entre la multitud que comenzó a querer abandonar la iglesia antes de que fueran llevados a los calabozos acusados de cómplices, ninguno estaba ahí por que fuera completamente inocente, ninguno excepto quizás el pobre falso obispo, que temblaba de miedo escondido detrás del altar, Kao le tiró un arma, mientras que dos de sus hombres se dedicaron a sacar a su majestad de la sala, Ohm perdió de vista a Fluke en el mismo momento en que los disparos comenzaron a sonar.

Se escabullo hasta la puerta trasera de la capilla, asumiendo que por ese lugar el maldito conde trataría de huir y efectivamente ese fue el lugar que eligió la rata.

- Todo terminó, señor conde... – Le dijo antes que siquiera tocara el pomo de la puerta. Él levantó las manos en señal de derrota y no dijo nada.

- Debió elegir mejor escondite, usar el propio castillo Siripongthon para retener a su majestad. - Interrumpió Kao en ese momento. Luego añadió. – ¿Quién diría que usted era tan idiota?

- ¿Dónde esta él? – Kao sabia a quien se refería.

- Está seguro... tranquilo su alteza.

- Llévatelo, Kao, resolveremos después que haremos con él.

- ¿Después? – El conde abrió mucho los ojos. - ¿Qué quiere decir?

- Ha cometido un delito dentro de los dominios del reino de Pucket, según la ley puedo juzgarlo por terrorismo. Sino me equivoco la pena para los traidores sigue siendo la horca. – Le dijo levantando una ceja.

- Su alteza, no estamos en la antigua Pucket, ustedes no persiguen delitos.

- Tiene razón, cada vez que tenemos un delincuente, resolvemos dejarlo en manos de los órganos competentes, pero aun tenemos la facultad de juzgar delitos que atenten con la seguridad de la corona. Esta vez ejerceré ese derecho...

- ¿Quiere tener en su conciencia la muerte de una persona?, ¿yo no lo creo?, es usted un blando su alteza, incluso en el ejercito siempre protegía la vida de los campesinos.

- No es un campesino señor, todo lo que le ha pasado a Natouch es su culpa, me aseguraré que pague por ello. Llévatelo, Kao, no quiero seguir viéndole la cara...

Cundo volvió, sus hombres ya tenían a todos los cómplices del conde esposados y listos para sacarlos de ahí, su padre fue a su lado.

- ¿Quién diría que ese hombre fuera capas de tanto? – Observó el rey, pero Ohm buscaba el amado rostro de Natouch entre la multitud. – Boun se lo llevó, tu prometido tiene un defecto de vista, pero es muy hábil abriendo cerraduras.

- ¿Qué quieres decir?

- El me sacó de ese lugar.

- ¿Cómo supo Natouch que estabas ahí?

- Bueno, es su castillo después de todo, él lo conoce, solía jugar en las mazmorras cuando era niño, supuso que el conde me llevaría a un lugar cercano. – Dijo su padre, dándole un golpecito en la espalda, luego se fue. - Entonces Boun ingresó en la capilla.

SE SOLICITA PRÍNCIPE AZULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora