══════⚰️══════
¿Qué pasaría si te dijera que puedo ver a los muertos? ¿Qué los demonios están entre nosotros tratando de corromper almas? ¿Me creerías?
Por supuesto que no, dirías que estoy loca. Pero yo puedo demostrártelo, el problema es que debe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo 11:
Nicolás servía tequila y vodka para los ricos borrachos que celebraban la victoria del ahora presidente Lyndon B. Johnson, movían sus carteles dentro del local y gritaban en victoria mientras desparramaban el dinero a los camareros Sin siquiera preguntar de cuanto era la cuenta. El chico de dieciocho año el cual había nacido sin tener nada ya que había sido abandonado en un orfanato católico y el cual sospechaba que moriría sin haber logrado nada, se preguntaba cómo podían desperdiciar el dinero de tal forma cuando habían personas que harían lo que sea por ganar aunque sea medio dólar, simplemente no lo entendía.
—Nico cuidado, —agache la cabeza a tiempo tras el aviso de mi jefe lo cual me salvo de que una copa me cayera en la cabeza.
—Dios eso estuvo cerca, ¿te encuentras bien?
—Tranquilo jefe ya me he acostumbrado. —y así era tras casi un año trabajando ahí había aprendido a esquivar toda clase de objetos.
La copa había aterrizado en un cartel y el líquido se había esparcido justo donde se leía la fecha. 1964.
* * *
Son las 3:30AM cuando llego a casa, era un cuarto pequeño donde había una pequeña habitación, baño y cocina no había sala, una casa de muñecas sería más grande.
Frente a la ventana se encontraba Anna mi novia la cual dormía en la mecedora, tenía un libro en su regazo y su manos reposaban en este ya empezaba abultarse su estómago, estaba embarazada de tres meses. Se había quedado dormida mientras leía.
Se ve hermosa, aún recuerdo la primera vez que la vi en el patio de aquel colegio para señoritas mientras entregaba unos recados.
Llevaba un vestido azul, sus hermosos ojos ámbar estaban fijos mirando a la nada, estaba sola y se le notaba enojada ya que sus padres planeaban desposarla con un hombre de buena familia de treinta y seis años cuando ella solo tenía quince años. Desde ese día quede cautivado por su apariencia, buscaba cualquier excusa para ir al colegio de señoritas a visitarla.
Sus padres se enteraron y le prohibieron verme ya que no está bien visto que una chica comprometida se viera con otro hombre.
Yo le llevo tres años y poco le importo cuando le propuse el escaparse conmigo, deje mi antiguó empleo y empecé a trabajar en aquel bar.
Verla ahí sentada en esta caja en la que vivimos pienso si realmente fue buena idea, ella merece algo mejor pero cada vez que la veo al llegar y en las mañanas siempre sonriente sin dar queja alguna me doy cuenta de que fui afortunado y no me arrepiento de estar con ella, ella me anima a seguir trabajando y más ahora con nuestro hijo o hija en camino.
Tomo una botella de agua y me siento en el único sillón que ahí en el lugar, es marrón de cuadros verdes está un poco gastado pero increíblemente nada incómodo, supongo que mi espalda se acostumbrado a este.
