[ 𝗲𝗻 𝗽𝗿𝗼𝗰𝗲𝘀𝗼 ] seungmin fue vendido, secuestrado o regalado. no lo sabe a ciencia cierta, lo único que sabe es que su confianza hacia los alfas se ha roto desde el día en que llegó a la manada hwang.
por eso está dispuesto a cualquier cosa...
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Los problemas en efecto alcanzaron sus talones, y vinieron en forma de un enorme bullicio que tenía a toda la gente de la manada Hwang alterada y curiosa ante los nuevos intrusos, esta vez listos apuntando con las armas de las que Hyunjin y sus tíos se habían asegurado de proveer para evitar otra emboscada como la que destinó el destierro del antiguo alfa.
Las manadas habían estado conectadas históricamente a lo largo de los años, a fin de unir fuerzas a través de matrimonios de importantes figuras como lo eran los primogénitos de los líderes. A pesar de la infinidad de manadas unidas, muy pocas sobrevivieron, y las que lo hicieron se asentaron lejos de las otras, para no perder los terrenos en puntos clave del país. Existían manadas fuertes del norte, del sur y de las costas, pero después de sus desplazamientos no fue comun que convivieran entre ellas, más que los líderes de éstas quiénes fingían mantener la diplomacia.
Minho había descubierto que toda la negligencia de los líderes había afectado de igual manera a las demás manadas, casi como si la historia de los Hwang se repitiera con uno que otro detalle alterado, sin embargo el patrón fue el mismo en todas. Un líder influenciado por la soberbia de poder y riquezas que terminaron traicionado y siendo inculpados por haber accedido a vender a sus omegas.
Después de haberse contactado con Chaeyoung, y haberse confesado a pesar del latente peligro de ser traicionado, supo que no era el único que todavía era capaz de recordar la auténtica lucha por el bien de los omegas. Al parecer la cabecilla de la inteligencia policial seguía siendo la misma chica rebelde que conoció tiempo atrás y dejó como el recuerdo de una vieja amiga.
Ella también había estado involucrada con una manada cuya población fue reducida por una masacre que sufrió por parte de los grupos activitstas que habían sido tomados por golpeadores del gobierno. Al parecer, cada familia cargaba con su propio Hwang Daniel.
Uno de los casos era la manada Yang, la que por años estuvo compitiendo con los Hwang por quién tenía más autonomía, autoridad, riquezas y poder. Los tan despreciados Yang estaban atreviéndose a pisar las tierras de los Hwang, y esta vez Minho había llegado con ellos detrás, seguro de que en esta ocasión ni la propia Luna podría salvarlo de la tortura a la que sería sometido por Hyunjin y su familia, si es que no decidían matarlo directamente.
—Lee... Es mejor que tengas una buena explicación para esto que mis ojos ven, porque no creo que quieras tentar tu suerte hoy.—Se pronunció Hyunjin quién había bajado la colina con una parsimonia tan propia que solo anunciaba furia. El lobo veloz no es el más ágil, si no el observador visionario.
—¡Hemos aceptado todo lo que este alfa trae a nuestras tierras, incluso si nadie está de acuerdo más que nuestro Hyunjin, pero esto no estará sobre la mesa!—Gritó un valiente cuyo desprecio por los Yang parecía ser más grande que el respeto por su líder.
