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Cuando su nombre fue llamado sintió la indiscreta mirada de los que estaban a su lado posarse en él, el surrealismo pintando en un lienzo la memorable escena que se llevaba a cabo

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Cuando su nombre fue llamado sintió la indiscreta mirada de los que estaban a su lado posarse en él, el surrealismo pintando en un lienzo la memorable escena que se llevaba a cabo.

Hwang Changbin era, a su parecer, el alfa más testarudo y caprichoso que había conocido en su vida entera. Eso, considerando de dónde venía, era mucho decir.

El omega había crecido en una familia grande con hermanos alfas que constantemente buscaban imponerse sobre él para obtener beneficios, y no tener que cumplir con los deberes de la casa. A su madre no le importaba en realidad, solía alegar que servirle a sus hermanos de hecho traería un beneficio para él y su futuro.

—Querido, eres un omega de familia en clase baja. Tus hermanos trabajan para traer comida a la casa y lo menos que puedes hacer por ellos es ayudarlos. A los alfas no les gusta cuando los omegas desobedecen.》

Y sólo un par de semanas después de haber escuchado aquel consejo, fueron redirigidos todos los deberes de sus mayores hacia él, y nunca halló el tiempo para quejarse entre tanta orden y señalamiento a su actitud. Que era muy torpe le decía su madre, que más bien muy lento contrariaba su padre, que era muy escandaloso señalaba su hermano mayor, y que cuando comía demasiado rápido sus cachetes se abultaban haciéndolo parecer más feo, comentó alguna vez el hermano de en medio.

Pero para Felix todo eso no pesaba tanto porque al final del día, nunca lo habían golpeado o maltratado, eran a su parecer, comentarios normalizados por el ámbito en el que vivían. Nunca recibió ninguna agresión física, así que aprendió a acostumbrarse a las caricias de consuelo que su padre y sus hermanos le daban cuando le habían gritado al punto de hacerlo llorar. Pero él odiaba llorar, su manera de anteponerse ante las dificultades de su vida era sonriendo y buscando la luz en la oscuridad, así que cuando alguien le quitaba eso, lloraba sin más. Pronto se había convertido en el tipo del omega ideal, del que su madre presumía con las vecinas y el que era protegido por sus hermanos para evitar acercamientos de otros alfas con dobles intenciones.

Felix aprendió a ser necesitado, erróneamente pensando que era el equivalente a ser querido.

Usualmente no tenía complicaciones acatando órdenes, y sus modales habían sido fuertemente inculcados por la severidad de su abuela y también su madre. Él entendía que, cuando su hermano marcó a una omega ya marcada, por su estado de embriaguez, el mundo de su familia se había derrumbado. Por eso, aquella noche viendo las lágrimas del padre que dedicaba una parte de sus sueldos para recompensarlo con dulces de chocolates almendrados o muestras de perfume revendidas, no puso resistencia en ser dirigido a una camioneta con hombres de los que temía, tan sólo se aferró hasta el último momento antes de ser arrancado de los brazos de su querido papá.

Se obligó a imaginarse un buen futuro para las dos partes; esperaba que el dinero fuera suficiente para sacar a su hermano de la cárcel, y que éste siguera trabajando entonces para traer devuelta a flote a su familia como lo había estado haciendo los años anteriores, él y su otro hermano eran la única salvación para sus padres y su hermanita la menor. Él por otro lado aún tenía esperanza, si pensaba positivo tal vez la Luna lo escuchara y le brindara la oportunidad de mantenerse con vida. Cuando llegó a la manada, comprendió que su servilismo y modales serían la clave para asegurarle un techo y comida.

salty tears & crispy lips || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora