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Minho estaba tomado del cuello y aprisionado contra una pared, la asfixia que sentía era equiparable a la de un hombre que está llegando a su fin

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Minho estaba tomado del cuello y aprisionado contra una pared, la asfixia que sentía era equiparable a la de un hombre que está llegando a su fin. No pretendía ser un dramático y perder su brillante diplomacia que tantos escalones políticos le había valido, pero no podía simplemente hacerse de la vista ciega a lo que en sus narices ocurría con claridad. Y, si sus sospechas sobre una posible traidora en su equipo resultaran ser ciertas, estaba realmente jodido.

Evaluó todas las posibilidades casi que al borde de un razonamiento matemático o estadístico, incluso si era imposible. Su mente fue ocupada por un largo tiempo en cuál era la posibilidad de que alguien en su partido no estuviera siendo del todo honesto, sobre todo después de percibir las constantes preguntas de la prensa sobre su opinión respecto a las manadas y cómo resolvería esa problemática. Leyó un titular, después otro y después otro, vació todos aquellos titulares relacionados con su presidencia y el tema de las manadas. Todos coincidían en reprocharle a través de inmaculados trabajos periodísticos su posición que había sido hasta ahora imparcial respecto a la problemática de los antiguos líderes y su asquerosa red ilícita.

La gente desde luego quería justicia para aquellos afectados, y aunque en el periodo que llevaba a cargo se había encargado de traer resultados con los involucrados y sus juicios, aún estaban detrás de la cabeza maestra del mediático caso que aún a casi dos años después, mantenía a todo el país atento cada que salían nuevas actualizaciones. Desde luego que él quería ver tras las rejas a Hwang Daniel, pero también sabía que cuando lo atraparan, él jugaría todas sus cartas para reducir su sentencia testificando e intentando involucrarlo con el hecho de que por mucho tiempo, y hasta día de hoy, la manada Hwang recibía el apoyo de Lee Minho. Vaya escándalo que una revelación de ese tamaño significaría.

Poco y nada era lo que sentía que había logrado en su mandato respecto a los prejuicios de la sociedad hacia las manadas, él sabía que sería difícil cambiar de noche a la mañana las ideas que tenían sobre esa forma de vida, pero estaba intentando convencerlos y educarlos acerca del día a día en las manadas que no siempre era tan arcaíco como se empeñaban en hacerlo ver.

Pero seguía teniendo sospechas sobre Im y la manera en la que se había adjudicado la supuesta detención de los miembros de la manada Yang, claro que él sabía que eso era una mentira que en un principio pensó que le ganaría más seguidores a su partido. Sin embargo, si lo pensaba con la cabeza más fría se podía dar cuenta de que eso no era un objetivo principal para aquel partido, pues su reputación seguía manteniéndose en pie por los derechistas religiosos o alfistas del país. ¿Por qué entonces seguirían mintiendo sobre aquello? Los Yang estaban desde hace tiempo viviendo con los Hwang, y hasta donde sabía, lo llevaban bien. Era claro que había un interés más allá de detenerlos por los que estuvieron involucrados en la red de trata, sobre todo considerando que el mismo Im y sus hombres consumían y mantenían relaciones de amistad con los jefes de las manadas. ¿Pero qué querían entonces? Eso todavía estaba borroso en su mente.

salty tears & crispy lips || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora