23 🍒

1.1K 190 233
                                    

Detestaba ser omega, no había nada en el mundo que detestara más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Detestaba ser omega, no había nada en el mundo que detestara más. Excepto tal vez, a Changbin. O a su padre.

No podía controlar los sentimientos que fluían a través de él cada que conectaba miradas con Hyunjin, sus pequeñas pero atentas acciones que lo conmovían hasta lo sumo. Empezaba a sentirse cómodo de nueva cuenta y eso suponía un peligro, necesitaba seguir reprimiendo toda clase de emoción que afloraba sobre su piel al contacto con el alfa.

Pero cuando sujetaba sus manos, entrelazándolas inseguro y con las palmas sudando de nervios, algo inusual pero que parecía agradarle a ambos, Seungmin se sentía mal por lo que estaba haciendo. No debería estarle dando alas a Hyunjin sobre estar juntos porque ellos nunca podrían estarlo. No había manera en que se convirtiera en su omega, incluso si éste en su interior rondaba en círculos entusiasmado y moviendo la cola.

Sin embargo el toque de sus pieles que desencadenaba un choque de sensaciones agudas, sus dedos acariciando la palma de sus manos dubitativos, mientras se dirigían al lugar que Hyunjin le había prometido, distorsionaban toda clase de raciocinio.

En la noche escabullidos de la casa y sus estrictas normas, la mala actitud de Daniel y la tensión de Jihyo por proteger a su segundo hijo de cualquier cínica ocurrencia de su esposo para tratar su celo, las paredes que parecían tener oídos por los rumores que se esparcían como pólvora, era entonces cuando Seungmin empezaba a sentirse grato con al alfa frente a él.

Hyunjin le había hecho prometer que se encontrarían casualmente en la cocina dos horas después de que todos se retiraran a sus habitaciones. Tuvo que contar cada minuto hasta que fuera aproximadamente el tiempo y después se regañó mentalmente por siquiera haber seguido sus instrucciones, pero cuando cayó en cuenta de su error, ya era demasiado tarde y no podía echarse para atrás. Dejó atrás los leves ronquidos de su amigo y se encaminó a la cocina, estaba agradecido de que no hubiera una regla específica que prohibiera estar fuera de sus habitaciones por la noche, así que si algo salía mal él podría simplemente decir que había bajado por un vaso de agua.

Y ahora estaba siguiéndolo ciegamente entre los arbustos que con su espesor se tragaban su presencia y los ocultaban de los problemas que dejaban atrás. Fueron en silencio durante todo el camino hasta llegar al lugar especial al que los había dirigido Hyunjin.

Llegaron al llano entre el bosque que seguía con su pasto verde e hidratado por el rocío de las madrugadas. Ninguno de los dos planeó nada, así que quedaron con un silencio en principio incómodo que fue tornándose en soportable gracias al cantar de los grillos y los sílbidos de los árboles.

—No hay luciérnagas.—Comentó Hyunjin desencantado, recostándose boca arriba y con las manos sobre su abdomen, Seungmin le copió sin mucha opción.

—¿Cómo descubriste este lugar?—Quiso saber.—Es hermoso, pero está algo alejado. Supongo que sabes volver.—Temió ante su silencio.—¿Verdad?

salty tears & crispy lips || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora