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Soongi lo había arrastrado escaleras arriba cuando la encontró a la mitad del camino

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Soongi lo había arrastrado escaleras arriba cuando la encontró a la mitad del camino. Él balbuceaba intentando descifrar que era tan importante pero la muchacha sólo jalaba más fuerte de su mano, casi lo aventó y tuvo tiempo para frenar únicamente porque chocar contra una puerta de madera se veía como algo demasiado doloroso y vergonzoso.

—¡Joven Hyunjin! ¿Está ahí?—preguntó antes de tocar la puerta. El alfa estaba en la terraza de la alcoba disfrutando del ameno paisaje con el que gozaba.

—Eh, no gracias.

Seungmin frunció el ceño confundido. ¿¡Acaso no era algo urgente!?

—Me han dicho que me necesita.—Dijo después de entrar.

—Pe-pero no me veas desnudo.—Condicionó nervioso de la nada. El omega retrocedió en su lugar confundido. Hyunjin entró de la terraza con una camisa negra gigante que pretendía esconder sus anchos hombros y aún así fallaba. Pantalones de chandal como siempre que procuraba sentirse cómodo también, era una vestimenta muy ordinaria.—Llegó mi primo y tienes que vestirme... ¡Pero si no quieres no es necesario! Yo lo sé hacer sólo.

—¿Vestirlo? ¿Por qué tendría que vestirlo?

—No sé.—Encogió sus hombros.—Pero si tú no, ehm, me quieres tocar yo–

La precavida Yang Mi entonces pidió permiso desde la puerta para entrar cortando la conversación. Tan pronto como su petición fue aceptada colocó sus ojos en ambos jóvenes.

—¿Y bueno? ¿Qué esperan? El joven Han ha llegado sano y salvo hace apenas unas horas. ¡Tienes que darle la bienvenida, Jinnie! Y no con esas fachas, por Dios.—Se dirigió a Seungmin en la última oración.

—Es que no quiero que me vista Seungmin.—Aclaró el alfa.—Y él tampoco quiere. ¿Ves?

Yang Mi dedicó una mirada de desaprobación al más joven y después le ordenó que cumpliera con su trabajo y acatara el favor de elegir las ropas del alfa, porque era un honor que los alfas de rangos altos tuvieran a alguien detrás de ellos que procuraría hasta el último detalle en su apariencia y su bienestar. Mientras Yang Mi parlanchineaba, el castaño entendió.

—Aguarde, entonces ¿Sólo tenía que elegir su atuendo?—Preguntó agitando sus manos en negación. La mujer asintió con una mueca de obviedad.

—¿Qué pensabas tú, muchacho?—Inquirió algo recelosa. Él volteó a ver a Hyunjin quien mantenía los ojos abiertos como platos y una mueca clara de bochorno.

Aquello comenzaba enserio a ser un desastre. Ninguno de los dos parecía concenctar neuronas al momento de emplear su relación alfa–cuidador.

—¡Nada, nada!—Prometió él.—¿Cómo debería vestirlo?—Carraspeó. Yang Mi al parecer había llegado para ayudarle en eso.

—Te ayudaré con esto porque sé que aún no conoces las reglas de etiqueta, procura aprenderlas rápido.—Se volteó al alfa que aguardaba como poste.—Cariño, ve a bañarte por favor.

salty tears & crispy lips || hyunmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora