Capítulo IX

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Los hermanos se dirigían lo más rápido que podían a comisaria, realmente estaban preocupados.

-¿Gustabo, y si eran ellos?- Horacio era el más nervioso de los dos, después de todo era el que mayor sentimientos solía demostrar por todos a su alrededor -Tranquilizate Horacio, todo saldrá bien- aunque el rubio intentara tranquilizar a su hermano sabia que no lo lograría, ni siquiera el estaba tan tranquilo como lo aparentaba.

El auto quedo en un total silencio, ninguno sabía que decir así que solo decidieron esperar a llegar a comisaría, Horacio recordaba una a una las balas que había disparado en dirección contraria abatiendo a mas de un policía, esto de la mafia le estaba agotando y aún más el saber que estaba arriesgando a su comisario bombón y al superintendente, persona a quien consideraba como aquel padre que nunca tuvo.

Gustabo también recordaba como había abierto fuego contra los agentes del CNP y como vio caer a quien parecía ser el superintendente, la siluetas que tenían era muy similares, el problema  fue que no tuvo el tiempo suficiente para acercarse a mirar a aquel hombre tendido en el suelo.

En menos de lo que esperaban lograron llegar a la comisaría y sin demorar mucho tiempo se bajaron del auto y entraron, primero pasaron a recepción, en esta se encontraba el agente Onofred quien al verlos entrar les saludó con una sonrisa, intentando mantener la compostura, los hermanos preguntaron por los dos agentes que realmente les interesaban.

-¿Está el superintendente?- pregunto primero Gustabo intentando que su voz no se escuchase alterada, se tranquilizó al recibir la respuesta de Onofred -Si, está en su oficina, pero esta de mal humor, al parecer han rescatado a alguien de ir a perpetua- aquello había tranquilizado mucho al rubio, pero aún faltaba saber algo del comisario -¿Y dónde está el comisario Volkov?- esta vez fue Horacio quien habló, en su tono se podía apreciar la preocupación y los nervios que tenía -El comisario está en el hospital, al parecer.....- Horacio no dejó hablar al oficial, pues rápidamente le arrebató las llaves del coche a Gustabo y salió en dirección a este para dirigirse al hospital.

___Gustabo____

Gustabo solo pudo observar como su hermano se iba en aquel vehículo amarillo a toda prisa en dirección al hospital, no lo culpaba, después de todo si el estuviera en esa situación no dudaría mucho para ir a donde sea que se encuentre el superintendente.

-Vaya..... no me dejó ni terminar, le iba a decir que al parecer lo abatieron en un código 3 y no fue nada grave, creo que hoy mismo le darán el alta- la voz de Onofrd sacó a Gustabo de sus pensamientos, soltando una pequeña carcajada por aquella escena que acababa de montar su hermano.

Onofred iba a decir algo pero la voz del comisario Ivanov lo interrumpió -ve a ver al viejo, está de mal humor- sin decir más tomó a Gustabo del brazo y lo dirigió por los pasillos de comisaria para luego dejarlo frente a la puerta de la oficina del superintendente, abrir la puerta de la oficina y terminar empujando al rubio hacia adentro.

-¿No te enseñaron a tocar?, anormal de mierda- al parecer Ivanov tenía razón, el superintendente estaba de muy pésimo humor -tranquilo abuelo, recuerde el marcapasos- no más decir aquellas palabras, mentalmente el rubio se maldecia así mismo, pues el superintendente se paró de su escritorio y se dirigió directo a donde estaba el rubio y su semblante daba mucho miedo.

Gustabo no se percató en que momento había terminado acorralado contra la pared y con la mirada del mayor encima suyo -Mira Gustabin, hoy no tengo los cojones católicos como para aguantar tus gilipolleses, ¿entiendes?- el rubio solo asintió con su cabeza, acto seguido el mayo comenzó a separarse del rubio para volver a dirigirse a su escritorio -¿qué mierda necesitas Gustabo?- el mencionado se dirigió a su asiento favorito y allí comenzó a hablar -La verdad solo quería saber cómo estaba, después de todo usted me importa mucho- aquello último lo dijo en un susurro solo para él, pero para bien o para mal el superintendente logró escuchar aquellas palabras -pues ya ves que estoy de puta madre, ahora si gustas te puedes retirar, no necesito que me interrumpas en estos momentos, solo me harías perder tiempo- aquello le dolió al rubio, no esperaba que fuera tan cortante, aún así no demostraría que aquello le había afectado -como guste súper verga ardiente- dijo Gustabo con una sonrisa en su cara para después dirigirse a la puerta y salir por esta en dirección a la recepción.

___Conway___

Toda aquello había dejado con un mal sabor de boca al superintendente, la presencia del rubio no le molestaba para nada, al contrario le tranquilizaba y lo hacía sentir bien, tal vez se había pasado con sus palabras, pero si Gustabo hubiera seguido unos minutos más ahí no habría aguantado las ganas de haber besado aquellos labios que tanto le habían quedado gustando desde la primera vez.

A pesar de todo su estado anímico había mejorado con las palabras del rubio "después de todo usted me importa mucho", ya luego tendría la oportunidad de disculparme con Gustabo, por el momento tenía que concentrarse en su comisaria.

Tal vez una vez terminará su jornada laboral invitaría al rubio a salir y allí le pediría disculpas respecto a su actitud.

REENCARNACIÓN (Intenabo y Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora