ɪ ɴᴇᴇᴅ ʏᴏᴜ

Real Family

—No me miren así, fue idea de Mine—

—Midori— recibiendo una mirada amenazante Asuna se corrige—eh m-mamá, no podemos aceptarlo—

—Mamá esto es demasiado—

—Depende de que tipo departamento alquilen, pero aproximadamente les alcanzara para cubrir tres meses— pasando la mirada a los dos jóvenes se da cuenta que tienen la cabeza agachada— Por favor este es un regalo de parte de su familia, me ofendería si no lo toman— acercándose a Asuna toma su mano derecha y la obliga a tomar el sobre.

—N-no... tengo palabras... p-para a-agradecerle—dice Asuna apunto de llorar.

—No digas nada hija, somos tu familia y siempre los vamos a apoyar— la matriarca acerca su cara y besa su frente— Vamos debes estar cansada, Kazuto llévala a tu habitación—

Haciendo caso a su madre el chico tomo a Asuna de la cintura y la lleva a su recamara.

—Siéntate— dijo Kirito, por lo que Asuna se sentó en la orilla de la cama.

Con cuidado Kirito le quita su chaqueta, después le quita la blusa con ternura.

—K-kirito esto es algo vergonzoso... yo s-sola puedo—

—No déjame hacer esto por ti, no te he cuidado al menos déjame hacer esto...— tomándola de la cintura, le quita el pantalón.

Volteando a su armario, saca una camisa, volviendo a su mujer donde le coloca la misma.

—E-espera...el...—

—Claro— metiendo las manos abajo de la camisa, busca el broche del brassier, por lo que Asuna junta sus brazos quitándoselo— Olvide que te molestaba—empujandola con suavidad, la empieza a cubrir con las mantas.

—Te amo tanto que mi corazón fue tuyo desde el momento que te vi...— dijo la pelinaranja.

—Tu fuiste y serás la estrella fugaz que me salvo de la oscuridad— agachando su cabeza a la altura de su amada, pasa sus labios por sus mejillas, hasta llegar a sus labios— Descansa— levantándose de la cama Kirito se va— Volveré pronto.

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—¿MAMÁ LE PASO ALGO A ASU...?— jadeando llego la morena a su casa.

—Así que ya lo sabias Suguha Kirigaya— con una ceja levantada, interroga a su hija.

—Eh... esto... d-de que hablas mamá—

—No mientas—

Suspirando, aceptando su rendición confeso:— Mamá a mi no me correspondía decírtelo, era responsabilidad de mi hermano—

—Lo se, pero no es justo que mis dos hijos me mintiera— viendo la culpa en los ojos azules, la Kirigaya dijo:— Esta bien pero cuando tu estes embarazada, tienes que prometer que la primera que lo va a saber soy yo—

—MAMÁ... ESO... MAMÁ...—con la cara totalmente roja a chica solo grito.

Se escucharon unos pasos bajando de las escaleras, por lo que ambas voltearon.

—¿Se durmió?— pregunto la matriarca.

—Si... paso por muchas cosas hoy...—

—Tranquilo hermano, yo me quedaré a cuidarla, tu ve a la escuela...debemos muchas explicaciones—

—No Sugu, ambos deben ir al la escuela, yo pediré el día libre para cuidarla—

—Mamá quiero hacer esto por mi sobrino— los hermanos se dedican una mirada llena de fraternidad— Ya, ya váyanse se les hará más tarde—