Apoyo

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-POV Izuku-

-Y aquí estamos de nuevo, la rutina diaria de todos los malditos días.

Te veo y estas haciéndole ojitos a ese alguien que no soy yo.

Volteo la mirada... Y ahí intentas abrazarlo.

Cierro los ojos... Y ahí estas intentando llamar su atención.

Apretó los puños, deseando poder gritar que tu eres mía, que te amo, pero...

¿𝐷𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑟𝑣𝑖𝑟𝑖́𝑎?

Solo es un sueño mio el tener el valor de gritarlo a los 4 vientos.

Y un deseo mas estúpido... Al pensar que tu llegarias a corresponder a dichos sentimientos.

Sigo sin caer a la realidad, si lo hiciera, tendría claro que soy el juguete desechable que pronto no desearas.

Me lo repito, me grito frente al espejo, pero no se va.

𝑂𝑑𝑖𝑜 𝑒𝑙 𝑎𝑚𝑜𝑟.

Me lo repito tanto en mi cabeza, pero no se va.

Quiero que se valla, que deje de hacerme sufrir, que deje de hacerme llorar y maldecirme por no hber sido el indicado.

-POV Narrador-

-El peliverde se habla quedado con la mirada muerta mirando al frente.

El profesor dictaba su clase ignorando a los alumnos que no hacia nada o solo se distraían.

Ochako por su lado escribía concentrada lo que el profesor escribe, cada cierto tiempo volteaba a ver al peliverde y notaba que no escribía nada.

Eso... ¿La preocupaba?

Bakugo por su lado al mirar esto y luego voltear a ver a la castaña afilo la mirada y simplemente volteo al frente.

...

...

...

La hora de clases había finalizado y se escuchaban varios suspiros de relajación, algunas frases como:

Ya era hora.

Tengo hambre.

Que clase aburrida.

Era lo mismo todos los días.

Los alumnos comenzaban a salir rápidamente, entre ellos la castaña quien volteo a dar una ultima mirada al peliverde que seguía sin moverse.

Izuku estaba completamente en blanco, aunque nadie lo supiera, en su mente insultaba a su corazón, insultaba al amor y se insultaba a el mismo por ser tan patético.

Seguramente se hubiera perdido de la hora de almuerzo de no ser porque el rubio cenizo poso su mano en el hombro de Izuku haciendo que este volviera a la realidad-

Bakugo: es hora del almuerzo, vamos o nos quedaremos sin comida.

Izuku: Kacc..

Bakugo: solo vamos, ahí podemos hablar tranquilos.

-Izuku atino a no decir nada mas y procedió a guardar sus cosas y salir del salón en dirección a la cafetería.

Los adolescentes caminaban en silencio, el rubio miraba a su lado para ver a su amigo y ver en el deprorable estado sentimental en el que estaba.

¿Solo Un Juguete?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora