Capitulo cuatro: "Problema"
—Te gusta Cinco —. Fue lo primero que sus ojos vieron al entrar a su habitación con un portazo. Cuatro, quien estaba sobre la cama de Ocho, le observaba interrogante, incluso curioso, mientras que en un cuaderno se podía apreciar con una pésima letra: "Te gusta Cinco".
Alzo las cejas en señal de desconcierto, cuando estaba a punto de recriminarle a Cuatro su estadía en la habitación, más las acusaciones que, aunque no eran del todo falsas, le causaban inquietud; este negó con su cabeza. Cuatro ubico su dedo índice derecho sobre sus propios labios y luego sonrió, dándole una clara señal de no hacer ruido.
Quizá mas confundido que antes, nuestro protagonista se acercó al otro muchacho, esperando que este no esté muy interesado en indagar con respecto a su vida privada. Aunque si era sincero, por estúpido que suene, quería ser escuchado, quería pasar toda la noche quejándose y hablando al respecto. Quería desahogarse, pero no podía. Los héroes no podían ser débiles, y una muestra tan clara de emociones solo reflejaba clara inseguridad.
—Es mi hermano —. Escribió en respuesta en el mismo cuaderno que Cuatro sostenía. Inocentemente, cometió otro error, prácticamente había confesado el hecho de que Cuatro tenia razón. Como todo buen hermano, pudo aprovechar la oportunidad de burlar del octavo, pero prefirió no decir nada. No solo por las claras ojeras que tenía el joven bajo sus ojos, sino también por lo pálida que su piel se veía, y por los moretones que se ubicaban en algunas partes visibles de su cuerpo. Cuatro era un completo inmaduro, pero hasta el mismo conocía sus límites
Con movimientos calculados, el cuarto número se encamino hacia el armario del dueño de la habitación, con pereza, hurgo un poco en este y luego volvió a donde se encontraba en primer lugar. Ocho le observo curioso, confundido ante la actitud y agradecido por colocarle una cobija sobre los hombros. Finalmente, sintió que podía refugiarse de la soledad y dejarse llenar de un poco de calidez.
—Te prepararía café tibio, pero no se encender la estufa —. Admitió con una sonrisa Cuatro, Ocho no pudo evitar sonreír ante la confesión.
—Está bien, así está perfecto —. Murmuro, con un tono delicado de voz que puso alerta al contrario.
—Entonces... ¿Cinco? —. Insistió en respuesta el cuarto.
—¿Qué? —. En un obvio intento por finalizar la conversación, susurro nuestro protagonista.
—¿Te gusta? —.
—Es mi hermano, ya se lo dije —.
—No, cabeza de cebolla. NO te pregunte si estas con él o si están saliendo... Eso me da igual... Escucha bien, pero muy bien por qué no voy a repetirlo —. Tomo aire el Cuarto, dispuesto a continuar, Ocho, pacientemente espero que todo terminara. —A ti, a ti como persona... Ya sabes, nada de "Numero Ocho" —Resalto comillas con sus dedos al decir lo último. —¿Te gusta Cinco?, o... ¿almenas tienes una mínima atracción por él?
Ocho suspiro, notablemente nervioso.
—No... Y no me tutee, es extraño... —. Respondió claramente afectado.
—Ajá, si... Claro —. Pronuncio Cuatro, en lo que Ocho concluyo, un claro tono de burla y molestia.
—Lo digo enserio —. Quiso terminar la conversación ahí mismo. Cuatro era un idiota y probablemente usaría ese hecho en su contra posteriormente, cómo todos lo hacen.
—Yo no te negué nada... —. Afirmo con obviedad Cuatro, pero luego frunció su seño. —Bueno, mentalmente si lo hice —. Sonrió ante la clara mueca de fastidio de Ocho. — Ya sabes, eres un idiota que se la pasa pensando y pensando... ¡Joder!, ¡apaga ese molesto cerebro que tienes por un buen rato!. Llevas días actuando extraño, ya sé que recuerdas lo de la última noche, ¡actúas más paranoico de lo que pensé y eso es tan... —. Se frenó para recuperar aire, había hablado muy rápido. Ocho no quería interrumpirle, tenía la sensación de que muchas cosas no las había entendido. Su mente se concentró en una sola parte de lo que estaba mencionando Cuatro. — ...Molesto!
—Ya sé que recuerdas lo de la última noche —. Eran palabras que no se habían despegado de la cabeza de Ocho. No entendía exactamente a que se refería. — Ya sé que recuerdas lo de la última noche —. Nuevamente su mente trajo esas palabras —¿La pelea con Vanya? —. Entonces, vio la oportunidad de respuestas.
—¿Ultima noche? —. Con tono de duda, cuestiono. El digito contrario se volvió y le observo, entre sorprendido y asustado, dudoso.
—¿No recuerdas lo que paso? —. Pregunto Cuatro, totalmente sorprendido. Recibió una negación por parte de Ocho con su cabeza, la cual se movía de lado a lado en un claro "No". —¡Diablos!, me precipite... Tu... —El hermano parlanchín aclaro su garganta, temiendo a continuar hablando. —¿Enserio quieres saber? —.
—¿Es muy malo? — Cuestiono Ocho.
—Es terrible... —Tomo una bocanada exagerada de aire, observó al techo en un intento por recordar todo con lujo de detalles, y finalmente, comenzó a hablar. —¡Santo Dios!, ¡gateaste hasta Cinco y le comenzaste a bailar borracho!. Su cara valía millones... Bueno, luego te subiste sobre el de una forma muy chistosa y comenzaste a balbucear, si te soy sincero, no entendí mucho de lo que le dijiste, es decir, ¡casi ni pronunciabas!, ¡todos estábamos confundidos e incluso Seis intento separarlos!, aun así, tu parecías una escurridiza pulga o un piojo, ¡ni Uno Te pudo levantar!. Entonces, Cinco comenzó a empujarte para que te apartaras, cosa que obviamente, no hiciste... Luego ambos se cayeron al suelo y ocurrió... Ocurrió... —Sorpresivamente, Cuatro se calló unos instantes para darle paso a una burlona sonrisa entre sus mejillas. —¡BESASTE A CINCO! —. Por unos instantes Ocho tuvo la sensación de escuchar la risa de Cuatro en su cabeza, cosa claramente imposible. Su mente volvió a perder en un abismo, volvió a estar rodeado del mar que pensaba ahogarlo en las responsabilidades y el estrés, ahora era acompañado por unas cadenas de culpa que envolvían su cuerpo entero. Finalmente, las cosas comenzaban a cobrar sentido en su mente, pudo ajustar todo el resto de la historia por sí solo, imaginando la golpiza que le dio Siete para apartarle de Cinco, imaginando los gritos de su hermano, imaginando el rostro de desagrado que le brindo Cinco luego de que se separaron.
Noto que Cuatro seguía conversando, pero ahora, su garganta parecía haberse enredado por completo y sus ojos, parecían comenzar a percibir puntos negros volando a su alrededor que desviaban su atención de lo que contaba Cuatro. De nuevo, tuvo miedo, quiso ser tragado por el suelo, llorar, gritar, golpear cosas y romperlas.
Inconscientemente, había fallado. Inconscientemente, había incumplido con las promesas que se llego a hacer. Inconscientemente, había perdido.
Con las emociones casi goteándole por la boca, con las ganas de hacer cualquier cosa para evitar la oleada de pensamientos que parecían someterle a una realidad oscura en donde probablemente, nunca hallaría respuestas, se levantó. La cobija sobre sus hombros se deslizo camino hacia el suelo, dejándolo nuevamente descubierto, siendo recibido nuevamente por la frialdad del contexto. Ocho sintió que esa manta se había llevado su intimidad, que en ese mismo instante Cuatro podía apreciar la desnudez de su alma.
Había fallado.
Había fallado una vez más en toda la semana.
—¿Qué? —. Aun cuando planeaba retirarse de la habitación, lo primero que salió de su boca, fue esa palabra. Cuatro volvió toda su atención al octavo.
¿Qué?.
.....
Lamento la calidad de estos últimos capítulos. Estas últimas semanas han sido muy conflictivas en mi entorno y me han limitado en la producción de esta historia.
ESTÁS LEYENDO
É C O U T E || Number Five.
RandomÉ C O U T E "El fin es lo único que interesa". En dónde a Ocho le gusta Cinco. O... En dónde Cinco se entera que Ocho es sordo. "Tampoco podemos dejar de lado los medios". || Cinco Hargreeves x Male!Reader || • The Umbrella Acade...