Si había algo que decir sobre Jiang Cheng era una verdad sencilla: su corazón era muy pequeño. No siempre había sido así, es verdad, pero era el mimado hijo de un líder de secta, y su corazón al final del día y en aquel momento de su vida solo contenía una persona. Y dado que Jin Ling lo amaba, Jiang Cheng no perdía al amarlo de vuelta.