Cuando todo lo que vemos es oscuridad, cuando la más profunda soledad nos asola, un fino rayo de luz puede salvarnos la vida. Tal vez deberíamos aferrarnos a él, pero hemos recibido tantos golpes que nos asustamos y nos alejamos. No queremos ser heridos de nuevo. Guillermo era una de esas personas con el corazón tan roto que parecía incurable. Todo parecía perdido hasta que él apareció… ¿Quién dice que no se puede encontrar el amor en internet? “Cada noche volvía destrozado a casa, ocultaba todas sus heridas y limpiaba sus mejillas mojadas, las cuales habían sido antes un frío lienzo para sus lágrimas. Subía rápido las escaleras a su habitación y se encerraba de nuevo en su pequeño escondite. Golpeaba sus almohadas, lloraba en silencio y se rompía por dentro. Una y otra vez, sintiendo ese dolor tan intenso que casi le mataba.”
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