Dicen que en la vida todos tenemos tres amores. El primero es el que llega en la adolescencia, inocente, te llena de ilusiones. El segundo te enseña el dolor y te aferras a él aún sabiendo que no es para ti. Ese amor que hubieras deseado que fuera para siempre, pero te ayudó a madurar. El tercer amor es el que no esperabas que ocurriera, pero dejas que pase sin crear expectativas, solo eres tú dejando que te sorprenda. Es el que cura las heridas y te hace feliz. Es el que te enseña a querer de verdad. Es el verdadero amor. Está historia está dedicada a todos aquellos que siguen teniendo heridas que sanar de ese segundo amor. No tengan miedo de avanzar. No cierren su corazón, aunque esté en mil pedazos. Algo mejor está por llegar.