El nuevo apartamento del solitario Hiccup Haddock, igual que su vida, estaba tal y como él lo quería... vacío y oscuro. Fue entonces cuando la radiante Astrid Hofferson irrumpió en su organizada soledad y Hiccup no pudo negar cierta fascinación por su alegre vecina. Hiccup creía haberle cerrado la puerta al amor para siempre y, sin embargo, de pronto se encontró deseando abrir su corazón a aquella vecina increíblemente perfecta.