Tras años de no ver a su familia ni saber nada de las mujeres que le destruyeron la vida, Rodrigo es contratado para una despedida de soltera donde sorpresivamente se da cuenta de que sus clientas no son otras que su propia madre, su tía, un par de primas y algunas desconocidas; un hallazgo que alimenta un instinto de venganza que Rodrigo creía extinto, haciendo que maquile un plan para destruir a las mujeres que arruinaron su vida, usando a Esther y su matrimonio arreglado como instrumento de su venganza.