Hay momentos donde el pasado no puede esconderse, ni desvanecerse. Tal vez por eso Magnus no pudo parar de pensar en unos ojos grisáceos similares a el desastre natural llamado tormenta. Y tampoco la dueña de esos ojos grisáceos con un diluvio dentro pudo dejar de pensar en el hombre, dueño de esos ojos verdes intensos que la hicieron estremecer en su momento de tensión. Habrá pasión, deseo, lujuria, y vehemencia. Todo tendrá su lugar. Como también lo tendrá la obsesión. Como también lo tendrá el caos, el peligro, y el dolor. No todo es color de rosas, de hecho todo es color gris tormenta. No salen rayos de sol, porque quién asegura que en vez de que cese la tormenta se aproxime un diluvio que sea más arrasador. Todo puede acabar, o todo puede ser peor.