Después de que la profecía del poema fuera errónea, Verno se apoderó de la llave de Edom para poder reinar y tomar el trono que su padre, Asmodeus, le otorgó. Sin embargo, la cordura de la súcubo la lleva a hacer cosas que su verdadera persona no haría. Al hacer aquel trato para entrar al reino de Saitor, su cordura fue disminuyendo a tal punto de que su alma fue apoderada por una súcubo poderosa y malvada, la cual no tenía alma ni nombre, con la que hizo el pacto. De vez en cuando Verno tenía poder de su cuerpo, pero cuando la súcubo se apoderaba de su cuerpo su alma desaparecía. Verno, dejando su antigua personalidad de lado, confundirá la realidad de lo que la súcubo, su nueva personalidad, le hará ver. No habrá conjuro que separe la alma de Verno. La nueva Verno terminará lo que la vieja Verno no pudo hacer... Borrar a Emma y sus descendientes del mapa. (Segundo Libro de la Saga Genus) (Continuación de Emma, La caída de un ángel)