DESLIZ || Andrew Barber

CINCO

Barber llegó directo hasta el restaurante del hotel donde Laurie lo estaba esperando. Había deseado quedarse más tiempo en la estación, pero las excusas se le habían acabado. Debía esperar que lo llamaran para establecer la cuartada de Natalia.

―Luces cansado ―comentó la mujer de cabello negro.

Andrew sonrió levemente. Su esposa se había arreglado más de lo habitual. Incluso estaba utilizando perfume y eso acostumbraba hacer para complacerlo a él. Se acercó para saludarla con un beso en los labios.

―Es el estrés de supervisar cada paso de un detective sumado a que no dormí bien anoche ―explicó al sentarse.

―¿Tuviste insomnio?

―Sí ―mintió sintiendo culpa al notar preocupación en los ojos de su esposa.

―Debiste pedir leche tibia al servicio de habitaciones. Eso te ayudó la última vez.

―Lo sé ―desabotonó los puños de su camisa―. Lo pasé por alto. ¿Ordenamos ya?

Laurie asintió, entonces él llamó al mesero con un movimiento de mano. Hicieron la orden de la cena repartida en tres platillos y aperitivos. El hombre también pidió vino, con la intención de no dejar de beber durante la velada. Si tenía suerte, el alcohol lo tumbaría al llegar a la habitación.

Laurie era una buena persona. No merecía que la engañaran como lo estaba haciendo. Por ello, no se permitiría intimar con su esposa esa noche. Dentro de lo que estaba haciendo mal, quería creer que el no hacer el amor con su esposa y su amante en el mismo día ayudaba a que lo reprochable de sus acciones no se sintieran con el mismo peso.

Charlaron animadamente durante la cena. Hablar con Laurie era fácil porque ambos se conocían desde hace años y sabían los temas que debían tocar para entretener al otro. Estaba mal comparar, pero ya que estaba haciendo varias cosas así... Con Laurie nunca había sentido la pasión desorientadora que experimentaba con Natalia. Desde el principio lo había sabido. Su relación era más como una de buenos amigos con objetivos similares que habían decidido formar una familia. Realmente pensó que la había amado y no fue hasta la aparición de Natalia que se dio cuenta de lo equivocado que estaba.

Ahora que Alexei Shostakov estaba muerto, las barreras que los mantenían separados habían caído. No podía seguir fingiendo que todo estaba bien con su relación de pareja mientras disfrutaba a escondidas en los brazos de otra mujer. Su consciencia manifestaba su culpa con las noches de insomnio.

~<>~

Natalia estaba tentada a llamar a Andrew para decirle que no la habían detenido en la estación, pero se lo imaginó pasándola bien con su esposa. Así que simplemente le envió un mensaje informando que estaba de vuelta en el hotel.

Después se entretuvo mirando prendas en línea. Hizo una compra para tener prendas disponibles para el día siguiente. Decidió que guardaría el luto solamente por una semana. Alexei no merecía más control sobre su vida.

El teléfono de la habitación la hizo dar un pequeño salto en la cama debido a la sorpresa.

―Señora Shostakova, en la recepción se encuentra la señora Sveta Shostakova y quiere subir a verla ―informó la recepcionista del hotel.

De inmediato, Natalia recordó la bofetada que le dio su suegra.

―Dígale que no quiero verla. Si intenta subir, por favor llame a seguridad.

―Así será, señora. Que tenga una buena noche.

La rubia colgó el teléfono y comenzó a caminar por la habitación. Estaba consciente de que Sveta tenía maneras de complicarle las cosas y aun así no le temía. Ya no tenía que soportar a esa arrogante y prepotente mujer.