La leyenda dice que una noche, antes de que todo existiera, a excepción de los astros, en la Tierra cayó una gota de Luna creado un poder inimaginable. Cuando los humanos existieron la Luna escogió a una mujer para que fuera la guardiana de ese pod...
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Izuku volvió a despertar, era la segunda vez esa noche que escuchaba una voz, se levantó un tanto harto, Katsuki seguía dormido.
Salió de la habitación y se asomó a ver si había alguien más despierto, pero no, las hadas seguían dormidas, abajo también estaban dormidos.
Salió de la cabaña y escuchó de nuevo aquel sonido, aquella voz.
Trato de ver si había alguien más, por lo que se hincó y se conectó con la Tierra, pero no había nadie despierto a la redonda.
Volvió a escuchar eso, miró hacia atrás por si alguien se había despertado, volvió a sonar, parecía proceder del bosque.
Comenzó a caminar adentrándose en él.
Siguió caminando derecho, no parecía que hubiese algo más además de él, se escuchaba el sonido de las cigarras así como el de sus pasos, llegó a un claro y no supo hacia donde avanzar.
— Tal vez ya estoy loco... — pensaba regresarse pero una vez más escuchó el sonido— Definitivamente estoy loco — se dijo.
Volvió a caminar en dirección de la voz, caminando otro tanto esta vez llegó a lo que parecían ser unas ruinas, el techo estaba casi destruido, pero podía pasar la luz de la Luna.
Tocó las columnas, por los detalles parecía ser que eran de los primeros templos que habían sido construidos. Miró hacia lo que parecía ser la escultura de la primera reina, el rostro parecía estar desgastado y solo se podía apreciar un poco su cabello ondulado, así como su cetro en sus manos.
La estatua imponía, Izuku desde que obtuvo el poder se preguntaba si sería un buen rey... o reina, tenía las misma preguntas ¿por qué nació siendo hombre? No había registro de que otra reina o heredera hubiese nacido como hombre, aquello se le hacía raro y no podía entenderlo, Necesitaba respuestas.
Caminó detrás de aquella estatua notando un pasadizo y se adentró en el.
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— Hermano Kacchan... — el rubio fue despertado a mitad de la noche por la pequeña albina.
— ¿Qué sucede Eri?
— La princesa no está... — Katsuki se levantó preocupado, el lado de su cama ya estaba casi frío, bajó a la sala donde estaban los demás y los despertó.
— Ugh... ¿que pasa Katsuki? — habló Eijirou restregando sus ojos.
— Son las cinco am Kats... —habló el semialbino.
— Deku no está — todos lo miraron extrañados — El lugar de su cama ya esta casi frío, tal vez se fue hace más de 20 minutos.
— Vamos a buscarlo — habló Mina. Dejaron a las hadas con los padres del rubio y salieron a buscar al pecoso.
— ¿Por dónde empezamos? — preguntó Momo.
— ¿No tienen alguna conexión, como para saber donde están?— preguntó Shouto mirando a Kirishima.
