Kim Taehyung y Jeon Jungkook, una de las parejas más envidiadas entre sus conocidos, una pareja muy hermosa y a la vez anormal. A finales del siglo 20 eran una pareja no predestinada, siendo Jungkook el hijo del alfa de la manada, rechazó a su prede...
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Chapter: eleven
– ¡Jungkook hyung! – escucho los sollozos de un pequeño Jungsuk, acababa de caerse y estaba llorando, llamando a su Hyung para que cure cada una de sus heridas, cante una linda canción y le de muchos abrazos como siempre solía hacer.
Jungkook con cariño acerco al menor y lo atrapó en un cariñoso abrazo, tratando de tranquilizar el dolor de su hermano, camuflado la sensación con sus cálidos brazos. – Debemos curar esta herida – dijo luego de observar el pequeño rasguño de su rodilla.
Empezando a tararear una canción, siempre que pueda Jungkook estaría para curar el dolor de sus hermanos, para cuidar y guiarlos cuando estén por hacer alguna estupidez porque era su hermano mayor y su deber era protegerlos.
Pero a veces los roles deben invertirse.
🍓🌿
En los brazos de su hermano, con aquello de recuerdo en su memoria sus ojos dejaron de presenciar color alguno, sus parapados se sentían pesados, se sentía muy débil y adolorido.
Sus ojos se cerraron y perdió total conciencia.
El menor asustado al velo, lo agitó con la esperanza de que reaccionara – ¡Jungkook!, ¡Jungkook despierta! – despertando con una mano en sus piernas y la otra sujetando su espalda salió de la casa, estaba tan desesperado que no pasó por su mente llamar una ambulancia.
La sangre de su cuerpo no paraba y se olvidó cubrir su cuerpo por lo que las miradas curiosas de los empleado no se hicieron esperar.
Al salir de la casa, corrió hacía su auto, cubrió el cuerpo ageno con el saco gris dejando su torso solo con una camisa blanca que llevaba y lo recostó en la parte de atrás, empezó a conducir lo más rápido posible, su hermano estaba desmayado y no dejaría que algo malo llegase a pasarle, ahora mismo estaba corriendo contra el tiempo.
Una lucha sin mucho sentido la verdad.
Pisó el acelerador al reconocer que estaba cerca, divisó el edificio blanco y frenó, rápidamente (olvidando sus llaves), salió del auto y fue a la parte de atrás sacando el cuerpo de su hermano que apenas era cubierto por su saco.
Esperaba poder salvarlo.
–¡Necesito un doctor! – gritó, desesperado, una enfermera se acercó con el rostro horrorizado al ver el estado del omega.
– ¡Traigan una camilla!– gritó dirigiéndose en dirección contraria, con el paso apresurado.
El mayor corrio en dirección de aquella enfermera, la vio regresar con un doctor y la camilla.