Frustración

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4 de Agosto de 1944, policías de la Gestapo y de los voluntarios nazis holandeses irrumpen en el negocio, logran hallar el armario/puerta giratorio secreto, encontrando adentro a los 8 escondidos, éstos fueron separados y enviados a distintos campos de concentración, todos mueren a excepción del Señor Otto Frank quien logra sobrevivir, recopila el diario de su hija menor fallecida y lo publica. Esta recopilación años más tarde se convertiría en una de las obras más reconocidas a nivel mundial, traducida en 67 idiomas...-leía con mi voz interna. Al fin, después de 2 meses leyendo de poco en poco terminé la lectura (que inicié por mi cuenta) sobre el Diario de Ana Frank, el cual redacta sus pensamientos, aspiraciones, frustraciones, deseos, ideales y su modo de pensar acerca del mundo, además de entender su comprensión del nuevo mundo que se mostraba ante ella, el de la adolescencia.

Ya conocía un poco la historia, pero para el grado escolar en el que estoy, me parece un retraso colosal el hecho de no darles esta lectura a los alumnos, ¿razones? Muy simple, fue escrita por una joven de nuestra misma edad, es decir que muestra los mismos pensamientos que tendríamos nosotros, lo que nos identificaría con la historia y su autora, eso nos apasionaría y no nos sentiríamos obligados a leerla, por el contrario, quizás más de uno disfrutaría de ella. Además, todo es íntimo, todo ciento por ciento real, está escrito en un idioma comprensible, y sobre todo, en una época atroz, redacta sus memorias mostrando lo bello y lo horrendo del mundo en ese tiempo. Explica hasta qué punto llegan las monstruosidades del hombre y hasta qué punto la gente se une para combatirlas.

Pero quería leer totalmente el libro, como es difícil obtenerlo de manera física, es decir el libro en sí, opte por lo clandestino, lo encontré en la web, luego lo pasé a mi teléfono celular junto a otros libros que me parecían interesantes, así pude tener literalmente una biblioteca en el bolsillo.

Tras reflexionar un poco sobre la redacción, sentí un poco de tristeza, el saber que ésto es real, que nada fue añadido para darle más emoción al relato, si no que todo lo escrito aquí es verdad, sus infinitas mañanas sentados procurando no hacer ruido, la paranoia y el miedo que sufrían día a día. La plenitud que sentían al oír fragmentos musicales en la tan codiciada radio, la alegría que tuvieron al saber que los aliados desembarcaron en Normandia y muchas cosas más.
Al fin y al cabo por culpa de un soplón los escondidos fueron asesinados a tan solo un par de meses de la reconquista de Holanda.

La noche en que terminé de leer la novela, me acosté, y sólo pensaba en eso, en la historia de Ana Frank. Recé y le pedí a Dios (inútilmente) que me ayude a hacer algo para evitar esta tragedia, algo tonto tomando en cuenta que su relato ocurrió hace más de 70 años y yo no nací ni en la época ni en la ubicación de los hechos, pero igual, me sentía impotente y necesitaba hacer algo sea como sea. Posteriormente cerré mis ojos y me dormí, con un pequeño gramo de esperanza en mi corazón.

Rescatando a Ana FrankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora