Noche Trágica

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Esa noche todo perdió sentido para Ana, yo y ella decidimos escabullirnos y visitar un poco la belleza de Londres, pero la suerte nunca está de nuestro lado, caminando por la calle, exaltados con lo que veíamos, cines y teatros abarrotados de personas, hombres de traje y mujeres con bellos vestidos, se podía oler el olor de la comida caliente, todo iba de maravilla hasta que oímos la sirena de alerta, automáticamente nos dimos cuenta que se aproximaban aviones nazis.

Corrimos por todos lados desesperados por salvarnos, mirabas a ambos lados y solo veíamos gente corriendo lo más veloz que podían. 

Mirabas arriba y veías luces iluminando el cielo, destellos de la artillería anti-aérea y aviones nazis lanzando bombas en su trayecto, fuimos inteligentes y seguimos la corriente de personas desesperadas por sobrevivir, por suerte hallamos un refugio cercano, en cuestión de minutos el lugar casi rebalsaba de gente que deseaba volver a ver el sol.

La pobre Ana sufría, yo buscaba consolarla pero no había manera de aliviar su pena, sólo se preocupaba por su familia y tenía todo el derecho, entre nuestras cosas que llevábamos teníamos la ropa, yo llevaba algo de dinero y Ana llevaba su diario, parecerá tonto pero lo trajo consigo sólo para rellenar su pequeña cartera, según ella la hacia ver refinada, yo no me opuse después de todo sería su primera salida desde que se refugió en la Casa de Atrás.

Pasados unos minutos se le comunicó a la población que todo está bien, apenas logramos salir fue desesperada hacia el motel a 2 cuadras, al llegar se preguntaba si había hecho bien el camino, quizás se había olvidado la dirección, pero no era así, ese montón de escombros incendiados frente a ella era el motel donde estaban todos los demás. 

En cuanto lo descubrió, sólo se desplomó en el piso y entró en shock, estaba atónita. Yo qué podía hacer, el barco partía mañana, sólo la levanté y la llevé caminando hasta una plaza donde dormimos o al menos yo lo hice.

A la mañana siguiente ambos nos dirigimos al puerto y el barco salió con destino al Puerto de Santa María del Buen Ayre.

Viajamos durante semanas, cada vez se ponía peor, comenzamos a sufrir hambre y sed, casi morimos en las batallas navales y como si fuera poco Ana aun no decía palabra, apenas si comía y yo buscaba alejarla del recuerdo de la muerte de sus seres queridos.

Pero de una vez por todas llegamos a Argentina

Por fin logré que Ana hable, estaba feliz, cruzamos medio mundo para llegar hasta aquí.

Lo primero que hice fue buscar un buen lugar para comer y mostrarle un poco a Ana la belleza de Argentina, cuando era un lindo lugar.

Fuimos a visitar la Boca, anocheció pronto y buscamos un bar cualquiera, el dinero extranjero era bienvenido así que con unos cuantos florines comimos como unos reyes.

Que clase de baile es ese, parece maravilloso -me dijo.

Se llama Tango, muy popular en el futuro, es reconocido como el baile de la Pasión y el Amor -ella se sorprendió mucho.

Luego del espectáculo, apareció un payador, ella no podía ni pronunciarlo.

Qué hace ese hombre -me preguntó.

Esta payando, dice versos como si fuera una poesía cantada, pero con mucho mas significado-reconocí que sus versos eran los mismos que en el Martin Fierro.

Y aquí me despido yo

Que he relatao a mi modo

Los males que sufren todos

Pero que nadie se atreve a contar.

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Buenas a todos, es mi primera historia, por favor voten y comenten lo que les pareció la historia, si tienen alguna crítica constructiva, háganmela saber, son lo mejor que hay  ;* también estoy pensando en una segunda parte, si les gustaría, por favor díganlo en los comentarios, y si crees que mi escritura te puede interesar, por favor responde a un cuestionario en mi perfil para conocer los gustos de los lectores, adiós!

PD: también te invito a leer mi otra historia: "Apocalipsis: el Comienzo del Fin".

Rescatando a Ana FrankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora