Capitulo 54

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Capítulo 54: Secretos De Akatsuki.

-Un miembro del legendario clan Fumetsu, ¿quién diría que continuarían con vida? - Madara miraba a la niña con curiosidad.

-La encontré por casualidad - dijo Obito, quitándole importancia al asunto y explicando, en breve, la situación.

Deidara frunció el ceño, ¿por qué hablaban de su nena como un objeto? Sasori y Kisame aparentaban impasibilidad. Kabuto y Zetsu se mantenían al margen.

-Ya veo - asintió en dirección a Obito y luego clavó sus ojos en la niña de nuevo - dime, ¿puedes usar todas las poderosas técnicas de tu clan?

-Me temo que desconozco algunas y otras están prohibidas para mí, pero manejo unas bastante útiles - contestó Kishasa con el rostro sereno.

-Además ella tiene corriendo por su cuerpo varios kekkei genkai.

-En ese caso, ¿por qué no la has sacado al campo de batalla? La victoria estaría asegurada con ella peleando - Obito se tensó un poco y los otros Akatsuki, en especial ciertos miembros, esperaron su respuesta, ansiosos.

-Quería jugar un poco con los shinobi - se alzó de hombros - pero mañana saldrá al campo de batalla a terminar con todo y conseguir los dos jinchuuriki faltantes, ¿no es así, Kishasa? - vieron a la menor.

-Como usted ordene, Obito-sama - respondió dócil.

-¡Oye, no es necesario que salga a pelear, hm! - intervino el ninja de los explosivos.

-Deidara, mis órdenes han sido claras - usó una mirada severa en el joven.

-¡Pero...!

-Deidara-senpai, no se preocupe, estaré bien - cortó Kishasa la réplica de su mentor - si no necesitan algo más de mí, me retiro a descansar, buenas noches - hizo otra reverencia y se fue por los lúgubres pasillos. Sin mirar atrás, sin irse saltando como de costumbre, sin darles un beso en la mejilla. Y eso le dijo a Deidara que tan mal estaban las cosas con su tesoro.

-Nena...

-Mmm, odio concordar con Deidara-kun, pero yo tampoco creo que sea correcto que ella vaya al campo de batalla - Kabuto se atrevió a hablar en cuanto el sonido de los pasos dejó de escucharse.

-¿Te atreves a desafiarme?

-No, claro que no - se excusó rápidamente - solo te recuerdo que ella no está al cien por ciento - de nuevo Obito se puso tenso y las miradas se posaron en él.

Deidara le taladraba con los ojos, exigiendo una explicación.

Maldito fuera el discípulo de Orochimaru. Era tan serpiente traidora como su mentor.

-Kabuto, en serio no sabes mantener la boca cerrada cuando debes.

-Ups, perdón - sonrió, ladino, mostrando que no se arrepentía ni un poco por su breve "desliz".

-¡¿Entonces es cierto?! - exclamó Deidara, agitado.

-¿Qué es cierto? - Madara alzó una ceja, sin comprender.

-¡¿Es cierto que Kishasa está enferma?! - los ojos de Deidara mostraban una gran furia y un pequeño dejo de decepción.

Obito dudó unos instantes. ¿Tenía que darles alguna clase de explicación?

-Creo que es mejor que nos digas toda la verdad - intervino Sasori, frunciendo un poco el ceño.

-Yo también quiero saber si lo que Itachi-san me comentó es verdad - Kisame se sentó en el suelo, dispuesto a escuchar todo. Ocultando una molesta e innecesaria sensación de preocupación.

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