Dos caras

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 Se acomodo en la silla, esperando que su secretaria entrara a la oficina trayendo café con esa hermosa sonrisa en su rostro (como siempre). Contrario a sus deseos ella llego si, pero no traía consigo café, ni sonrisa, ni siquiera un ''buenos días señor''. Algo por demás extraño en su comportamiento habitual.

 Sesshomaru la observo meticulosamente y pudo notar algo diferente en su cara, algo que no debería estar ahí. Una mancha violácea en su mejilla que al parecer intento disimular con maquillaje pero que aun se podía distinguir, muy cerca de su ojo derecho. Eso... eso es un golpe ¿Quien fue? ¡¿Quien se atrevió?!  Bajo un poco mas la vista vio que también Hay marcas coloradas en su cuello.

- Rin...

-Señor...

Hablaron al unisono. Ella callo y el prosiguió. -Rin ¿Que esta pasando?

-¿De que habla?- estaba nerviosa.

-¿Quien te hizo eso en el rostro?- La miro fijamente, la muchacha agacho la cabeza, en un vano intento de ocultar el moretón. No hubo respuesta.

 Pasaron unos segundos que se hicieron eternos.- Esta bien, no es necesario que me lo digas.- Se levanto y camino hacia la chica.- Pero si algo no anda bien, si tienes algún problema... puedes llamarme. Yo te ayudare en lo que pueda.- Le puso una mano en el hombro y ella hizo una mueca de dolor que de inmediato escondió. Aunque él llego a notarla. ¡Si ese bastardo se atrevió a dañarte lo asesinare con mis propias manos!. 

- Señor, la verdad es que yo e venido para dejar mi renuncia.-

¿Como? ¿Tu renuncia? ¿y eso a que se debe?- Cuestiono no muy contento con las palabras de la joven.

- No es nada en especial, simplemente no quiero trabajar mas aquí.- ella seguía sin con la cabeza baja.

-Fue él.- Afirmo el hombre.- Él te esta obligando ¿O me equivoco?- Tomo suavemente su mentón para verla a los ojos.

-E-eso... eso no es cierto.- tartamudeaba y sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos.

 Su actitud fue reacción mas que suficiente para Sesshomaru, subió un poco su mano, acariciando la mejilla de Rin donde se encontraba el golpe.- No aceptare tu renuncia. Ese desgraciado no tiene una idea de lo que le espera.

- ¿Que? pero señor yo...- fue interrumpida.

- No voy a aceptarla si lo estas haciendo por presión.- se acerco mas a ella.- Rin, ayer cuando nos despedimos en el estacionamiento todo se encontraba bien, tu sonreías y estaba animada como siempre. Y ahora vienes aquí con tu rostro lastimado a dejar tu renuncia solo porque si.- Tomo su mano.- Por favor, dime que esta pasando.

 Ella finalmente se quebró y se abrazo a el llorando. Sus lagrimas caían sin control empapando el pecho de su jefe, no podía detenerlas. Sintió como los brazos del hombre la envolvían, posándose uno en su cintura y otro acariciando tiernamente su cabeza, tranquilizándola. Así estuvieron un par de minutos hasta que finalmente se compuso lo necesario para hablar.
-Lo siento señor.- ella se separo un poco pero sin soltarlo.

-Tranquila, no tienes porque disculparte.- Le tomo la mano.- Ven, sentémonos un momento aquí.- La llevo hasta un pequeño sofá en su despacho y volvió a abrazarla.- ¿Entonces?

-Bueno es que anoche...

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-Kouji, la cena esta lista.

El muchacho apago el televisor y fue hasta la mesa.-¿Como te fue hoy en el trabajo? ¿Algo interesante?

-No realmente, lo mismo de siempre, ya sabes. Arreglar citas, preparar informes, llevar el café...
Pero lo bueno es que el señor Sesshomaru consiguió nuevas acciones para a empresa y eso quiere decir que abra mayor entrada de dinero. Si todo sigue bien voy a tener un aumento.- sonrió.

 El por el contrario frunció el ceño al escuchar aquel nombre.- Creo que le caes muy bien a tu jefe.- Dio un bocado.- Demasiado diría yo.- Ella levanto la vista, mirándolo extrañada por ese ultimo comentario.

-Naa, él siempre es amable, creo que así lo educaron. ¿Me pasas la sal por favor?

- ¿Y a ti te agrada? Lo pregunto porque siempre sonríes mucho estando cerca de ese tipo.- La mira a la cara.- Ademas estabas muy emocionada cuando iban a viajar a New York... e incluso cuando regresaste.

 Rin se removió nerviosa, recordando los sucesos de aquel viaje. Nunca se lo comento a Kouji, lo cual la hacia sentirse como una traidora, se culpaba a si misma por ser débil y permitir que su jefe la avanzara de esa forma. Aunque después de todo ella reacciono al final, conteniéndose para no hacer algo de lo que podría arrepentirse... O probablemente no.- Bueno, si me agrada como persona pero siento que él... él siente algo por mi

- ¿Él que?

- No es nada, ¿Como esta la comida?- trato de desviar el tema.

-¿Tienes algo con él?.- su tono fue bastante desagradable.

-¿Que dices?- Ella se sorprendió por la pregunta, que en el contexto y tono en la que fue realizada parecía mas bien una acusación.- ¿Acaso te estas escuchando?- Sintió un nudo en el estomago.

- Responde ¿Tienes algo con él?- esta vez hablo mucho mas fuerte.- ¿Se acostaron?

-¿Te volviste loco? ¡Claro que no!- La actitud y desubicadas preguntas de su novio la estaban incomodando demasiado. 

-¡Dime la verdad!- grito furioso levantándose de su asiento.-¡¿Tuviste sexo con él?!- arrojo el plato de comida contra la pared.

 Ella lo miro con sorpresa y miedo. ¿Donde estaba el chico dulce y amable que conocía? Quien hablaba parecía otra persona.- ¿Q-que te pasa?... estas empezando a asustarme.- Se paralizo, quería levantarse pero sus piernas no respondían. Su piel se erizo, como si un sexto sentido le avisara del peligro, de que algo muy malo iba a pasar. ¿Que le pasa? esto no me gusta.

 Camino hasta la muchacha y agarro bruscamente del mentón para hacerla mirarlo a la cara.- Rin, sabes que te amo ¿no?.- vio el miedo miedo en sus ojos, podía sentir a través de su mano como ella tembló ligeramente al oír esas palabras.- Solo quiero saber la verdad.- suavizo la voz.

- Yo...- trago saliva.- Yo no tengo nada con él.

Kouji sonrió.- Que bueno escucharlo Rin.- soltó su mentón.- Pero me estas mintiendo.

-En verdad yo- Una fuerte bofetada en su mejilla derecha la hizo enmudecer de inmediato.-ella se llevo la mano al rostro frotándose el lugar del golpe casi por inercia.- ¿Por que lo hiciste?- Su voz salio temblorosa, sus ojos se pusieron vidriosos, tenia miedo. Quería salir de ahí, quería correr pero su cuerpo no le obedecía. El la sujeto por lo hombros, levantándola, apretándola con tanta fuerza que seguramente dejaría marcas.- ¡Detente! ¡Me estas lastimando!

- ¡Cállate! ¡Eres una zorra!- La empujo contra la mesa, ella gimió de dolor al golpearse la espalda contra la misma. -¡¿Cuantas veces lo hicieron?! ¡¿Así conseguiste el trabajo?!.- Volvió a sujetarla, pero esta vez por la nuca, arrancando algunos de sus cabellos. 

-¡Basta Kouji! ¡Suéltame por favor!.- suplico. Puso sus manos en los hombros de él para intentar apártalo, sin éxito.- ¡Aléjate de mi!

 El muchacho no respondió y en su lugar le soltó un puñetazo en la cara, con tal potencia que la hizo perder el equilibrio y caer al piso. Se coloco sobre ella.- No te lo perdonare.- Hablo con un tono asqueroso, enfermizo, que le erizo la piel.- Are que te arrepientas por traicionarme.- Apretó su cuello violentamente usando ambas manos.

 Rin luchaba por respirar, lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Lo empujaba con todas sus fuerzas, pero no podía moverlo ni un centímetro. Comenzó a pellizcarle los antebrazos intentando que se detuviera, él en cambio apretaba mas y mas, completamente cegado por la rabia. ¡Va a matarme!  Miro a los lados, buscando desesperadamente algo con que defenderse ¡Un tenedor! El objeto callo de la mesa en medio del forcejeo. Estiro su brazo para alcanzarlo y una vez que lo hizo lo apretó tan fuerte como pudo y lo enterró en el ojo de Kouji, quien de inmediato se echo hacia atrás dando un corto grito de dolor, al instante que sangre empezaba a emanar de la herida.

-¡Maldita!- presionaba su ojo con fuerza. Rin se levanto rápidamente aun sosteniendo el tenedor, como si se tratase de una espada con la cual protegerse. Él la miro con odio y cuando estaba a punto de abalanzare una vez mas sobre ella, el ruido de las sirenas de la policía lo detuvieron ¡Maldicion!  corrió a la puerta trasera de la casa y se marcho antes de que lo atrapen. 

 La chica respiro aliviada ¡¿Que rayos paso?! su cuerpo estaba temblando, la adrenalina del momento le hizo olvidar el dolor. Un fuerte golpe en la puerta la devolvió a la realidad.

- ¡Policia! ¡Abran la puerta!- grito un oficial desde afuera.

- ¡Adelante!

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-Uno de mis vecinos llamo a la policía, gracias a eso es que me encuentro bien, bueno mediamente bien.- menciono, abrazada al pecho del peliplata.

 Sesshomaru por otra parte estaba hirviendo de furia, parecía un volcán a punto de explotar.

- Todavía no lo encuentran, así que lo mejor para mi es salir de la cuidad. Me quedare un tiempo con mi prima, solo estoy aquí hoy porque vine a renunciar. Lamento si eso le ocasiona problemas.- Ella interrumpió el abrazo, separándose un poco de él.

- No es tienes que renunciar, conseguiré un reemplazo temporal.- se aproximo una vez mas.- No tienes que irte de la ciudad, puedes quedarte conmigo, yo te protegeré. Con mi vida si es necesario.- Volvió a abrazarla, no iba a permitir que ese infeliz la lastime nuevamente.- ¡Antes lo asesino con mis propias manos!

 
Rin se sorprendió ante tales palabras ¿Que el la protegería?- Señor, yo no puedo hacer eso.- quería apartarse, pero la verdad es que estando en sus brazos, con la cabeza reposada en el pecho del hombre, se encontraba muy a gusto. Él la hacia sentirse a salvo.- No es correcto y tampoco quiero molestarlo.

- No digas eso, tu no me molestas yo... No creo que un 'te amo' sea oportuno ahora. Yo no puedo permitir que vuelvas a ponerte en riesgo, no hasta que atrapen a ese tipo. O hasta que lo mate, lo que pase primero.- La soltó, poniéndose de pie.- Vamos, iremos a tu casa por tus cosas.- Le dio la mano.- Te quedaras conmigo.- sonrió.

Rin no respondió, sabia que su jefe no iba cambiar de opinión. Solo le devolvió a sonrisa. 








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