Broken Smile

Observatorio Griffith

Salimos del bar y por alguna razón Peep se detuvo mirando hacia un punto fijo al que luego yo miré, ambos mirábamos el
Observatorio Griffith
-¿Vamos?- Preguntó Peep refiriéndose al observatorio, a lo que lo mire.
-Okey- dije emocionada.
Pidió un Uber que llegó en menos de 4 minutos e hicimos 17 largos minutos para llegar a nuestro destino y en el camino no hicimos mucho más que estar en los celulares, en mi caso específicamente enviándole mensajes a Kennedy aclarando él porque me había ido.

Llegamos y claramente al ser las once con treinta y dos de la noche estabá cerrada la parte de adentro en la que hacen exposiciones, entonces fuimos a la parte de atrás y mientras caminábamos en silencio poco a poco la luz de la hermosa y escandalosa ciudad iba iluminando nuestros rostros, hasta que nos detuvimos en una barda.

-Es hermoso- mencioné hablando de la vista.
-¿Ya habías estado aquí antes?- preguntó después de un largo momento de silencio.
-Hace mucho tiempo, por la escuela, ¿Y tú?-
-También-
-¿Crees que si nos descubren aquí nos hagan algo?- pregunté preocupada.
-No- dijo para luego ir a sentarse en el piso recargando su espalda en la pared, a lo que yo seguí sus movimientos con mi mirada para luego sentarme a su lado.
-La luna es lo más bello que se mira desde este observatorio- dije mirándola.
-Si-
-¿Que tienes?-
-Nada, solo disfruto el momento-
-Bien- dije para volver mi mirada a la luna.
-¿Te gustaría morir?- preguntó Peep a lo cual lo mire con confusión.
-¿Qué tipo de pregunta es esa?-
-No lo se, solo contéstala-
-Pues la verdad que no lo sé, ¿Y a ti?-
-Si- su respuesta me preocupo, pero creo que sus canciones ya me lo habían revelado antes, pasaron unos segundos de silencio hasta que volví a hablar.
-Aveces pienso sobre la muerte y llegué a la conclusión de que me gustaría morir vieja, tener que sufrir por la muerte de todos los seres a los que quiero y así nadie sufriría por la mia-
-Siempre alguien va a sufrir-
-También pienso que estoy desperdiciando mi vida y que hay muertos que tenían tanto futuro, quiciera intercambiar papeles- dije ignorando la respuesta de Peep, aunque tenía razón ya que siempre que un conocido con el que hable una o dos veces fallece sufro.
-¡Eso es!- dijo levantándose bastante emocionado.
-Eso es...¿Qué?- dije levantándome.
-Eso es exactamente lo que necesito hacer-
-Peep, ¡Eso es imposible!, Solo son pensamientos que se me ocurren cuando me baño o lavo platos-
-quiero decir, eso no sé me habría ocurrido nunca a mí-
-Entonces tienes que lavar platos más seguido- reímos a la par, para luego sentarnos está vez en una banca. -La razón por la que convivio contigo es porque me caes bien y me siento bien a tu lado, no me siento insignificante, o que en cualquier momento desaparecerás de mi vida-
-¿Ahora de que hablamos?-
-Me lo preguntaste el día que estábamos en la plaza-
-A si, bueno gracias, supongo, pero gracias por ser mi amiga- respondió mirando el suelo.